
Llega el otoño y la provincia más despoblada de España se prepara para la llegada de las setas; no en vano, Soria es todo un paraíso micológico. Sus extensos bosques albergan en esta época pequeños tesoros como boletus, níscalos, rúsulas, hongo negro y muchísimas otras especies.
De hecho, la temporada culmina durante el mes de noviembre con las Jornadas Micológicas, en las que un buen número de establecimientos ofrece todo un abanico de deliciosas tapas de setas y en distintos municipios se organizan charlas, talleres, actividades medioambientales y otros eventos.
Sin embargo, hay que señalar que la recogida de setas es una actividad que si no se realiza con la consideración adecuada puede resultar dañina e invasiva para el entorno natural, por lo que se debe obtener un permiso para ello (se pueden solicitar a través de la web de micocyl.es, dependiente de la Junta de Castilla y León). Incluso teniendo esto en cuenta, es muy importante ser cuidadoso y respetuoso con el medio ambiente, así como conocer bien las setas para evitar recolectar y consumir por error variedades tóxicas.
En cualquier caso, estos son algunos de los mejores pueblos, bosques y montes de la provincia para disfrutar del turismo micológico.

Vinuesa
La puerta de las espectaculares sierras de Urbión y Cebollera y la ilustre Laguna Negra se encuentra en Vinuesa, un precioso pueblo medieval. En los montes de sus alrededores es posible encontrar hasta 20 especies de hongos de gran valor gastronómico, entre ellos las codiciadas colmenillas.

Covaleda
Covaleda es otra población a las faldas del Urbión desde la que parten numerosas rutas ideales para recoger setas, como es el caso de la Ruta de los Puentes y la Ruta del Médico.

Molinos de Duero
Casi en las orillas del Embalse de la Cuerda del Pozo y situado en el curso del Duero se encuentra Molinos de Duero, una localidad en cuyo entorno podemos encontrar senderuelas, hongo negro, cesárea, setas de cardo y muchas otras especies muy aprecidadas.

Abejar
Se conoce a Abejar como 'Puerta de Pinares', precisamente por su situación en los límites de las vastas extensiones de pino albar que visten el norte de la provincia. En otoño, se dedica en gran parte a la gastronomía micológica tradicional, con un énfasis especial en la trufa negra.

Almazán
Una de las villas más históricas de la provincia, Almazán combina el encanto de las murallas y castillos con el de los pinares y los campos de cultivo. Sus tierras producen hongos como los níscalos o las setas de cardo.

San Leonardo de Yagüe
La localidad de San Leonardo de Yagüe hace las veces de puerta al espectacular cañón del Río Lobos, un espacio protegido de gran valor ecológico en el que no sólo podremos avistar fauna como el espectacular buitre negro sino que podemos encontrar setas como el rebozuelo o, en primavera, los marzuelos.
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