Las leyendas del Alcázar de Segovia: una perspectiva distinta de un castillo singular

Alcázar de Segovia, España.
El Alcázar de Segovia, uno de los castillos más famosos de España.
Wikipedia / Rafa Esteve
Alcázar de Segovia, España.

Segovia siempre merece otra visita. Aunque sólo sea para saborear otro cochinillo, para saludar de nuevo a su acueducto o para visitar otra vez su Alcázar. Nos quedamos con este último plan, el castillo más conocido de Castilla y uno de los más famosos de España.

El Alcázar de Segovia es uno de los castillos medievales más característicos del mundo, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco. Aparece en la lista de los 15 castillos medievales más espectaculares del mundo, según National Geographic.

Sobre una posición fortificada romana, visigoda, árabe y cristiana sucesivamente, edificaron los Trastámaras este majestuoso castillo palacio del siglo XV, reformado y ampliado en siglos posteriores con influencias francesas e italianas. Tras un incendio en 1862, fue reconstruido en 1882.

Vamos a acercarnos al Alcázar segoviano desde una perspectiva distinta. La de sus leyendas. Que son varias y nos dan una idea más rica de la historia e importancia de esta fortaleza.

El príncipe y la aya

Vamos a la Sala de los Reyes del Alcázar. Si pasamos juto al balcón central de esta sala, veremos una cruz. Cuenta una leyenda que la cruz tiene que ver con una tragedia. El infante D. Pedro de Castilla, hijo de 12 años de Enrique II el de las Mercedes, jugaba en el balcón en brazos de su aya. De repente, el niño resbaló y cayó al vacío. El aya, desesperada, se lanzó tras el niño. Al parecer, en realidad, el infante cayó mientras jugaba a la pelota con sus amigos.

Vista exterior del Alcázar de Segovia.
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EP

La mujer muerta

Que las montañas dibujan el perfil de una mujer muerta es un clásico del acervo popular que podemos encontrar en muchas localidades de España. En este caso, desde Segovia se ve en la sierra una mujer muerta. Según la leyenda, la esposa del jefe de una tribu que vivía en el cerro del Alcázar crió a sus dos gemelos. Ya adultos, los dos se enfrentaron por el liderazgo. La madre ofreció su vida a Dios a cambio de garantizar la supervivencia de sus gemelos.

Vista panorámica del Alcázar de Segovia.
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ARCHIVO

Era verano y la disputa iba a llegar a las armas, cuando un temporal de nieve y viento lo impidió. Con la calma llegó la segunda sorpresa: donde antes hubo una llanura ahora veían una montaña. Era el cuerpo sacrificado de la madre, que ahora contemplaban cubierto de nieve. Cuenta la leyenda que si, asomados desde el Alcázar, vemos dos nubes acercándose a la montaña, son los dos gemelos besando a su madre.

La calle muerte y vida

Era el año de 1520. Castilla se había levantado contra su nuevo rey, Carlos I, el extranjero recién llegado. Segovia fue de las primeras ciudades en hacerlo. Los partidarios del Emperador, pocos, se habían agrupado en el Alcázar. Los comuneros segovianos los tenían sitiados y esperaban rendirlos por hambre. En mitad de esta espera, Diego de Riofrío envió a un criado con una yunta de bueyes a arar tierras que quedaban detrás de la fortaleza. Los sitiados capturaron al yuntero y su tesoro de carne.

Alcázar De Segovia.
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EUROPA PRESS

Los sitiadores marcharon entonces para sacar a Diego de Riofrío de su casa y acusarle ante la justicia por su comportamiento. En el camino, en dirección a la calle de San Francisco, la turba -animada por una anciana- llegó a pedir su ahorcamiento. Los comuneros fueron capaces de detener las intenciones de los más radicales y llevaron al de Riofrío a la cárcel. Por eso la calle y el inmediato puente son conocidos como Calle de la muerte y la vida. Y se recordó en la madera de una ventana de la casa de la anciana: la muerte, simbolizada por una vieja cubierta con un sudario y la vida como una joven noblemente vestida. La casa fue derribada, pero la ventana se conserva en el Museo Provincial.

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