El 13 de agosto de 1961, empezó la construcción de la barrera que separaría la capital alemana en dos mitades durante 28 años. Casi tres décadas después, el muro de Berlín fue destruido, pero a día de hoy aún podemos encontrar algunos vestigios de esas largas paredes de hormigón de 4 metros de altura.
El tramo mejor conservado del muro es el popular East Side Gallery, que se ha convertido en la mayor galería de arte al aire libre de todo el mundo. Allí, podemos maravillarnos con increíbles obras de arte urbano al mismo tiempo que recordamos esa cruenta etapa de la ciudad y del mundo entero.
1.316 metros de arte
La East Side Gallery discurre paralela al río Spree a lo largo de 1.316 metros, formando uno de los testimonios más importantes de arte urbano. Esta impresionante galería empezó a crearse nada más caer el muro, cuando 118 artistas de 21 países diferentes decoraron el lado oriental con más de un centenar de murales inspirados en los cambios políticos que estaba sucediendo en 1989 y 1990. En esencia, su arte rinde homenaje a la libertad y a la esperanza y, por supuesto, a todas las víctimas de la Guerra Fría
A lo largo de su recorrido encontramos grafitis tan icónicos como el del beso entre Erich Honecker, líder de la Alemania Oriental, y Leonid Brézhnev, líder de la Unión Soviética. Este mural retrata el beso fraternal socialista que tuvo lugar durante el 30 aniversario de la República Democrática Alemana en 1979. Igualmente, otro grafiti muy popular es el de un Trabant atravesando el muro, es decir, el coche utilizado en la Alemania Oriental.
Sin embargo, muchos más murales destacan en esta increíble galería al aire libre. Otros ejemplos son ‘Somos un pueblo’, de Shamil Gimajew, y su trazado psicodélico lleno de colores y eslóganes; ‘Sucedió en noviembre’, de Kani Alavi, que representa una avalancha de personas que rompe y cruza el muro, o ‘Gracias, Andréi Sájarov’, de Dmitri Vrúbel y Viktoria Timofeeva, un retrato del activista soviético de los derechos humanos, Andrei Sájarov.
También vale la pena acercarse a admirar los murales de ‘El Saltador de Muro’, por Gabriel Heimler, que representa a un hombre saltando sobre el muro para llegar al Berlín Occidental, o ‘Toca la pared’, por Christine Kühn, para el cual se invitó a los transeúntes a dejar las huellas de sus manos marcadas en la pared con pintura.
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