El pueblo de Alberobello nos sorprenderá inmensamente con tan solo un vistazo. Esta increíble aldea podría considerarse una de las más extrañas y curiosas de Italia, y es que tan solo hay que observar su característica arquitectura para darnos cuenta de que se trata de un lugar especial. Entre su entramado urbano, destacan los conocidos como ‘trulli’, un tipo de construcción tradicional que dota a la localidad de una personalidad única.
La historia detrás de los 'trulli'
Alberobello parece salido de un cuento de hadas, pero su origen está más ligado a la realidad de lo que podríamos pensar. Más concretmente, la historia del pueblo está relacionada con la avaricia de los aristócratas italianos del siglo XIV. Hasta ese momento, la zona donde hoy se alza estaba dehabitada, pero pasó a estar bajo el control del Conde de Conversano.
El noble, lejos de construir viviendas permanentes para sus campesinos, decidió levantar casas que pudiesen ser desmanteladas con facilidad, ya que así no tenía que pagar impuestos tan altos, ya que la zona seguía contando como despoblada. De este modo, los terrenos se llenaron de los llamados ‘trulli’, viviendas hechas con piedra caliza sin cemento, para que así se pudiesen derrumbar rápidamente en caso de una inspección.
Un pueblo oficial en el siglo XVIII
Los 'trulli' cuentan con un curioso techo cónico, paredes gruesas y una base cuadrada o redonda. En general, todos tienen una sola planta debido a la dificultad de levantar este tipo de construcción con varios pisos, aunque existen unos pocos que presentan dos niveles.
A mediados del siglo XVII, apenas había varias docenas de 'trulli', pero con el paso del tiempo, la población de campesinos fue creciendo exponencialmente hasta alcanzar los 3.500 habitantes a finales del siglo XVIII. Ya en 1797, fue cuando Alberobello se convirtió por fin en un núcleo permanente y alcanzó el estatus de pueblo oficial.
Viviendas, museos, tiendas y hoteles
Lo más curioso de la localidad es que, a día de hoy, muchas familias continúan viviendo en los 'trulli', que ahora se alternan con edificios más convencionales. Más concretamente, en el pueblo podemos encontrar dos grandes barrios de 'trulli', la tranquila zona residencial de Aia Piccola y el área de Rione Monti, el principal destino turístico del lugar.
Este último cuenta con alrededor de 1.000 de estas construcciones tradicionales, que en la actualidad acogen tiendas, bares y restaurantes. También encontraremos una iglesia, la Chiesa di St. Antonio, o un museo, ubicado en el trulli más grande de la villa, el Trulli Sovrano. Incluso, podemos vivir la mágica experiencia de dormir dentro de uno, ya que algunos de ellos se han convertido también en hoteles y en apartamentos turísticos.
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