La Garrotxa es una de las comarcas situadas en Girona, en Cataluña. Concretamente, se ubica en la parte nororiental de la región y es una zona donde la naturaleza, la tradición, la gastronomía y la cultura se unen para conseguir un espacio donde los visitantes pueden realizar todo tipo de actividades.
Dejarse sorprender por los pequeños pueblitos que se encuentran en esta zona de La Garrotxa, por los restaurantes que rinden homenaje a la cuina volcànica, así como por los espacios naturales, destacando el Parque natural de la Zona Volcánica de la Garrocha, son algunas de las recomendaciones en esta comarca.
Planes y lugares que recorrer en La Garrotxa
En primer lugar, el Parque natural de la Zona Volcánica de la Garrocha es el mejor ejemplo de paisaje volcánico dentro de la península Ibérica, tal y como indican desde la web de Generalitat de Catalunya. En total, tiene un total de 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lavas basálticas. Además, la orografía, el suelo y el clima proporcionan una variada vegetación, donde destacan los encinares y los hayedos.
Por otro lado, los pueblos de La Garrotxa no dejan indiferentes a los viajeros. Un ejemplo es Castellfollit de la Roca, que se encuentra sobre un risco basáltico de 50 metros de altura, atravesado por el río Fluvià.
También está Besalú, que tiene un conjunto histórico-artístico medieval considerado como uno de los más bien conservados de Catalunya, según la web de turismo de La Garrotxa. Entre sus edificaciones, destaca la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere del siglo XII o la iglesia de Sant Vicenç del siglo XII, así como la casa de Cornellà, monumento románico del siglo XII y la sala gótica de la Cúria Real.
También Olot, que es conocida como "la ciudad de los volcanes", un lugar donde es protagonista la naturaleza y que forma parte del ya mencionado Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Así, dentro de su término municipal se hallan cuatro volcanes: el Montsacopa, el Montolivet, la Garrinada y el Bisaroques. Los dos primeros se pueden visitar.
En cuanto a la gastronomía, este lugar es sinónimo de tradición. Destacan los recetarios que conservan y unifican los productos típicos de la tierra, la conocida como cuina volcànica. Entre los alimentos, son muy típicos el alforfón, las alubias de Santa Pau, los nabos negros, la patata de la Vall d'en Bas o el tomate de Montserrat.
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