La capital de la región del Piamonte cuenta con una riqueza cultural y arquitectónica muy destacable, en la que se mezclan los estilos saboyanos, con los franceses e italianos. Eclipsada por otras ciudades italianas más célebres, te quedarás sorprendido con todo lo que Turín tiene que ofrecer. Lo mejor es descubrirla callejando y sin prisas. Y entre visitas a museos, iglesias y palacios, no olvides hacer un alto para probar su mayor joya gastronómica.
En autobús al centro
La manera más barata de ir del aeropuerto al centro de Turín es en autobús. En unos 40 minutos te deja en el centro, en la estación de Torino Porta Susa o Torino Porta Nuova. El billete lo puedes comprar en la máquina expendedora al salir del aeropuerto (7,00 €) o en el mismo autobús (en este caso sale algo más caro). Y si optas por la opción más cómoda, el taxi, te costará unos 35 €.
Dónde alojarte
Turín cuenta con una amplia oferta para alojamiento. Los barrios más convenientes son el Cuadrilátero y San Salvario, ambos situados en el centro histórico. Para una mejor relación calidad-precio, te aconsejamos los distritos de San Donato y Nizza-Millefonti.
Calles abovedadas
Turín es una ciudad para descubrirla andando. En el casco histórico se concentran casi todas las atracciones principales de la ciudad. Así que lo mejor que puedes hacer es patear la ciudad entera, recorrer sus calles porticadas y adentrarte en sus numerosas plazas históricas. Una de las cosas que más te van a sorprender, y que forman parte del encanto de Turín, son las calles peatonales y con bóvedas. Es una de la ciudades de Italia que más tienen, sobre todo en la zona del centro.
Piazza San Carlo
Con filas de columnas en edificios del siglo XVII, que están muy bien conservados, esta plaza es la más importante de la ciudad y un lugar que no debes perderte. En ella se encuentran dos iglesias importantes, la de Santa Cristina, con un gran campanario, y a su lado, la de San Carlo Borromeo. Lo que llama la atención de ambas iglesias es que son muy parecidas.
Por cierto, un dato para los aficionados al fútbol: a esta plaza acuden los tifosi de La Juventus a celebrar las victorias de su equipo.
El Museo Egipcio
¿Sabías que Turín cuenta con una de las colecciones egipcias más importantes del mundo? Se trata del segundo museo más importante de este género tras el de El Cairo. Te sorprenderán las numerosas estatuas, sarcófagos, momias, monedas, papiros y joyas. Y entre tanta belleza, no falta una reproducción del templo de Ellesiya. Es el museo más importante y de los más visitados de Turín, por lo que te recomendamos que vayas a primera hora de la mañana, habrá menos gente y podrás disfrutarlo sin aglomeraciones. Se encuentra muy cerca del Palacio Carignano.
Un aperitivi en el centro histórico
El aperitivo en Turín es toda una institución a la que pocos italianos y visitantes se resisten. Si quieres reponer fuerzas, nada mejor que hacerlo a la turinesa acudiendo por la tarde a alguno de los bares para tomarlo acompañado de un vermú. Este tradicional tente en pié, que consiste en una variada degustación de canapés, es una buen opcion para merendar o cenar. Y además, no es nada caro. Los italianos toman el aperitivi sobre las 19 horas y hasta las 22h.
La Catedral
Construida a finales del siglo XV, la catedral de San Juan Bautista es uno de los pocos monumentos renacentistas de Turín que quedan en pie. Ya desde el exterior te darás cuenta de que es una auténtica maravilla. En la capilla Guarini, que está entre el Duomo y el Palacio Reale, se encuentra El Santo Sudario o Sábana Santa de Turín, una reliquia religiosa que muchos aseguran que es la que envolvió el cuerpo de Jesús de Nazaret tras su crucifixión. Aunque es casi seguro que no podrás verla, ya que se exhibe al público en contadas ocasiones. Si quieres visitar la capilla tienes que comprar la entrada del Palacio Real, ya que no se puede visitar desde el interior de la catedral.
Iglesia de San Lorenzo
Si te has quedado con ganas de ver cómo es la Sabana Santa, puedes acercarte a la iglesia de San Lorenzo, en Piazza Castello, donde se encuentra una copia sobre tela fotográfica. No es el original, pero al menos podrás hacerte una idea del misterio que encierra esta reliquia. Otra opción es visitar el Museo de la Sindone, donde se encuentra una réplica a tamaño real.
Pero además de la copia del Santo Sudario o Sindone, la Iglesia de San Lorenzo te sorprenderá por su decoración a base de mármoles policromados, esculturas y dorados. Y además, cuenta con una impresionante cúpula en forma de flor de ocho pétalos.
La Mole Antonelliana
Con sus 167 metros de altura, no solo es el monumento más alto de la ciudad, también es una de las construcciones de mampostería más altas de Europa. Con esta presentación, ya te puedes imaginar que es un lugar de paso obligado para todos lo que quieran disfrutar de las mejores vistas y llevarse el más bello recuerdo de Turín.
El edificio se ideó en un origen como sinagoga, aunque después albergó el Museo del Risorgimento, hasta convertirse en lo que es hoy: el mayor Museo del Cine del mundo.
La Puerta Palatina
No dejes de visitar esta impresionante construcción, que es una de las pocas puertas de acceso a la ciudad romana que se conservan no solo en Turín, sino en Italia. Se encuentran en un pequeño parque, de acceso gratuito. Y justo en frente, en los jardines del Museo Arqueológico, se encuentran las ruinas de un antiguo anfiteatro.
Los clásicos cafés de Turín
Uno de los mejores recuerdos que te llevarás de Turín es disfrutar de sus cafés históricos, donde realizarás un viaje en el tiempo a la Italia del siglo XIX y a la época del Risorgimento, la etapa previa a la reunificación. Y hay mucho donde elegir. Entre nuestros preferidos está el Caffè Mulassano (Piazza Castello, 15), lugar de encuentro de aristócratas y artistas, como María Callas. Y al lado, el Caffè Baratti & Milano, abierto desde el año 1875, no pierdas la ocasión de probar sus afamados pasteles.
El Palacio Real
También en Piazza Castello te encontrarás con la residencia principal de la familia real de Saboya, desde que Turín se convirtiese en la capital de los Estados de Saboya, en 1563. Y aunque podrás visitar las salas más importantes y deslumbrantes del palacio durante todo el año, hay algunas que solo se encuentran abiertas en ocasiones. Destacan entre todas, la sala del trono, la de audiencias y la de los guardaespaldas. No te pierdas los maravillosos Jardines Reales, entre los que destaca el elegante Jardín de las Artes y el del Duque, que es el más antiguo. Por cierto, que todos los primeros domingos del mes la entrada al palacio es gratis (al igual que sucede con el resto de museos y monumentos del país).
El Burgo medieval
Te aconsejamos que te acerques hasta el Parque Valentino, allí, además de encontrar un remanso de paz, podrás visitar este pueblo, que es una reconstrucción histórica inspirada en varios castillos piamonteses y del Valle de Aosta. Entre todos ellos destaca la Rocca, una fortificación típica de la Italia medieval. En el parque también se encuentra el Castillo del Valentino, uno de los más bellos de Italia, que fue también residencia real de los Saboya, y que recuerda en su construcción a los castillos de estilo francés. Su lujoso interior no es menos impresionante que su gran fachada. Por cierto, si quieres visitarlo, solo podrás hacerlo con reserva.
La Basílica de Superga
Situada en un colina a 670 metros de altura, es sin duda el templo más panorámico de toda la región de Piamonte. Al llegar os esperan unas vistas espectaculares, no solo de Turín, también de los Alpes. Además de la iglesia, también se pueden visitar las Tumbas de los Saboya, donde están enterrados varios reyes italianos y sus familiares. Para subir hasta aquí hay un tranvía histórico que se coge en plaza Modena. Precio del trayecto: desde 4€.
Trufas y chocolate
Turín no solo es conocida por su chocolate (y la famosa Nutella), también lo es por su gastronomía. El viaje a esta ciudad del norte de Italia no podría estar completo sin probar un delicioso plato de pasta fresca con trufa blanca (tartufo bianco) del Piamonte. Y si planeas viajar entre octubre y noviembre, toma buena nota porque es cuando se celebran algunos festivales de trufa blanca, y podrás disfrutar de este producto excepcional acompañado de los mejores vinos de la región. Entenderás porqué esta ciudad tiene todo para seducir a los amantes de la buena cocina (y a los más golosos).
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