El ex agente de FBI Clint Van Zandt calificó esta emisión como la «última victoria» de Cho: «Nos convierte a todos en sus víctimas, se alza desde su tumba, nos agarra para llamar nuestra atención y nos hace escuchar sus últimas palabras».

Riesgo de ‘efecto eco’

Para el presidente de la Asociación de Usuarios de Comunicación, Alejandro Perales, se debe «valorar el interés informativo de las imágenes. Lo negativo es recrearse en el morbo que puedan tener». Cree que la decisión de la cadena fue la correcta, aunque siempre existe el riesgo de que produzca el ‘efecto eco’ e incite a que se cometan nuevos asesinatos, pero por esa misma razón «no habría información». «A una persona con buena salud mental no deben afectarle estas imágenes», indica el psicólogo Valentín Martínez.

De opinión contraria es Marina Martín, psicóloga clínica, que cree que se muestra al joven como un héroe y consigue que otros chicos quieran tener su reconocimiento y notoriedad. «Pueden explicarlo, pero no emitirlo», opina.

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«Habéis decidido derramar mi sangre»

Entre los dos tiroteos que dejaron 32 muertos, Cho Seung-Hui decidió enviar a la cadena de televisión NBC un paquete con fotografías, vídeos y escritos en los que arremetía contra el cristianismo y se atribuía la matanza. «Habéis tenido cien mil millones de oportunidades y maneras de evitar lo de hoy, pero habéis decidido derramar mi sangre. Me habéis acorralado en una esquina y me habéis dejado sólo una opción. La decisión fue vuestra. Ahora tenéis sangre en vuestras manos que nunca podréis lavar», afirmaba  el joven con semblante serio, ataviado con un chaleco y una gorra de camuflaje y portando varias armas.

La cadena calificó el contenido del vídeo de «perturbador», aunque decidió ofrecer parte de la información después de habérselo comunicado a las autoridades.