Responsables de la Plataforma presentaron hoy el manifiesto que han elaborado con motivo de la celebración, mañana, del Día Internacional de las Personas Migrantes "para manifestar su más firme defensa de los derechos de las personas extranjeras y lamenta el retroceso que, para la sociedad en su conjunto, supone la nueva reforma de la Ley de Extranjería, la cuarta que se aplica desde que entró en vigor hace 9 años".

'Sumamos', que integra a más de 23 asociaciones y organizaciones sociales, considera que, "lejos de avanzar en una política de integración, el nuevo texto incorpora obligaciones añadidas para las personas extranjeras, que rompen con el principio de igualdad de trato".

Así, se muestran contrarios "tanto de la reforma aprobada como de aquellos argumentos o posiciones políticas que siguen manteniendo expresiones tan injustas como por ejemplo "avalancha de inmigrantes", que mantienen posturas y planteamientos ideológicos radicales y arcaicos, que confunden a la sociedad, y perpetúan mitos y tópicos en torno al fenómeno migratorio y a sus protagonistas, acentuando el racismo, la xenofobia y el rechazo a los inmigrantes".

A su juicio, "el verdadero desafío de las políticas migratorias está en la capacidad de las sociedades europeas para regular adecuadamente la llegada de las personas, y principalmente la convivencia entre personas de muy diferentes orígenes y procedencias geográficas y culturales".

Por ello, se muestran "decepcionados porque nuestros legisladores han perdido una ocasión única para formular una política migratoria que integre; el primer paso para la integración es el reconocimiento de los derechos, y la reforma aprobada los recorta".

A ello, suman que se configuran distintas categorías de personas, según el tipo de autorización concedida, lo que establece un modelo de sistema social que "selecciona" a las personas a las que se les va a permitir formar parte de la sociedad española y les concede unos derechos u otros".

"Sin embargo, los derechos son inherentes a la condición de ser persona, al margen de su condición administrativa. Ningún ser humano es ilegal. Cualquier otra argumentación supone un atentado contra la dignidad humana", añaden.

Además, recalcan que "la reforma se ha formulado en función de una determinada coyuntura de crisis, lo que refuerza la idea mercantilista del inmigrante como "mano de obra". Las organizaciones sociales reivindicamos, sin embargo, una política migratoria que contemple la inmigración como un hecho configurado por personas, y no por cifras o mano de obra".

Por todo ello, consideramos que la reforma de la Ley de Extranjería "pone en riesgo el futuro de inclusión que perseguimos, limita seriamente los Derechos Fundamentales de las personas extranjeras y supone un retroceso en la construcción de un verdadero espacio de libertad, justicia y convivencia".

Exigen, por lo tanto, "una política migratoria eficaz y que transmita a la sociedad un mensaje integrador que ataje el riesgo cada vez más visible de incremento de racismo y xenofobia, de utilización, una vez más, del inmigrante como "chivo expiatorio" en tiempo de crisis".

"La Ley de Extranjería debe ser sólo un instrumento de política de inmigración; no debe ir más allá de lo necesario para regular las entradas y salidas, y la situación administrativa de los inmigrantes, ni mucho menos convertirse en la norma que regule el conjunto de la vida de la población extranjera, separándola del resto de la población", finalizan.