Si trazamos una recta de 80 kilómetros desde Bilbao en dirección sureste, nos topamos con la central nuclear de Santa María de Garoña, en la provincia de Burgos. Hoy el Consejo de Seguridad Nuclear (CNS) se reúne para dictaminar si apuesta por prorrogar la actividad de esta planta durante diez años más (arrancó en 1971) o si certifica su cierre una vez termine su actual licencia el 5 de julio.

Dicho comité está compuesto por científicos presumiblemente imparciales designados por PSE, PP y CiU. La deliberación del CNS arranca hoy, aunque tienen de plazo hasta el viernes a las 24.00 h para enviar su informe al Gobierno central. Deberá decidir si apuesta por su continuidad o por su clausura. El Ejecutivo tendrá entonces un mes para tomar una decisión. El informe del CNS sólo es vinculante si exige su cierre.

El pasado sábado, miles de personas se manifestaron en Vitoria para exigir su clausura. PSE, PNV, EA, EB y Aralar quieren el cierre. El PP se pliega a lo que diga el Consejo. ELA, ayer, calificó Garoña de «bomba atómica». Zapatero se comprometió a no mantener las nucleares «salvo necesidades imperiosas». Ahora se ha cuidado de dar su opinión sobre Garoña hasta conocer el informe del CNS.

A favor y en contra de Garoña:

 A favor: Departamento de Conumicación de la central: «Es segura y crea energía barata sin CO2»

El Consejo de Seguridad Nuclear certifica que hoy Garoña es 100% segura (usa un reactor BWR-3;el de Chernóbil era RBMK, más imperfecto). Genera una energía más barata y no emite CO2. Supone 700 empleos directos y 400 indirectos. Su cierre aumentaría un 10% la factura de la luz.

En contra: Ekologistak Martxan: «Ya ha habido 9 incidentes este año. Ya vale»

«Sólo este año, Garoña ha tenido 9 incidentes de seguridad. Ya vale. Sólo genera el 1,6% de la energía consumida en el Estado. De hecho, hoy España exporta energía. La central es innecesaria. Además, Euskadi carece de planes de emergencia nuclear, que son obligatorios en EE UU.

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