En concreto, se trata de Ana Isabel García-Galbis Sevilla (destinada al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Inca), Raquel Martínez Codina (Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Ciutadella), Fernando Pinto Palacios (Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Maó) y Ana María Sánchez Macías (Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Inca).

En concreto, al acto han asistido el presidente del TSJIB, Antonio Terrasa, la portavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gabriela Bravo, los dos vocales de Territorio de Baleares del CGPJ, Carles Cruz y Claro J. Fernández-Carnicero, miembros de la Sala de Gobierno de la máxima instancia judicial de las islas, el Fiscal Superior Bartomeu Barceló, el teniente fiscal Ladislao Roig, y la directora general de Justicia, Marta Díaz.

Durante el acto, Fernández-Carnicero emplazó a los nuevos magistrados a mostrar "un sentimiento de humildad y reconocer sus propios límites", con vocación de servicio público. En este sentido, manifestó que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) "tiene unas funciones explícitas", a las que antepuso "la más relevante, y es que es un órgano de servicio a la carrera judicial y un interlocutor sensible de sus problemas".

"Ha llegado un momento en el que el poder judicial, aún siendo mudo y discreto, tiene que notarse más socialmente, articularse como poder y superar su subordinación ministerial al poder ejecutivo". "Que la independencia no sea un principio que se invoque sino una realidad de los propios jueces", recalcó el vocal territorial en las islas.

Finalmente, manifestó que, en el caso del archipiélago, "las islas son una manifestación de independencia, pero los órganos judiciales tienen que estar en contacto unos con otros, ya que desde la desarticulación no podrá afirmarse como poder", concluyó.