Los diputados xenófobos y euro escépticos ganan peso en el Parlamento Europeo

Una mujer, acompañada de un bebé en su carrito, ejerce su derecho al voto para las elecciones al Parlamento Europeo.
Una mujer, acompañada de un bebé en su carrito, ejerce su derecho al voto para las elecciones al Parlamento Europeo.
EFE
Una mujer, acompañada de un bebé en su carrito, ejerce su derecho al voto para las elecciones al Parlamento Europeo.

Las elecciones al Parlamento Europeo (PE) dejan otras lecturas menores entre el éxito del centro derecha y los malos resultados de los grupos socialistas: el avance de grupos extremistas. Los resultados arrojan que unos 120 de los 736 eurodiputados que conformarán la nueva cámara se podrían encuadrar en esa clasificación.

De este modo, el Parlamento Europeo tendrá más de un centenar de inquilinos que, por sus ideas xenófobas, euro escépticas o extremistas no creen en los postulados generales de la Unión Europea. Partidos como el Partido Nacional Británico (BNP) que ha conseguido colar dos diputados, la Liga Norte italiana de Umberto Bossi, la tercera fuerza más votada en su país, los Verdaderos Finlandeses , que ha obtenido un escaño, o el partido Ley y Justicia polaco.

La crisis económica, el terrorismo, la inmigración dan alas a partidos como el holandés Partido por la Libertad, apoyados en un discurso contrario a la inmigración y que saca jugo al miedo al integrismo islámico. Y la lista continúa por casi todos los países comunitarios, desde países veteranos como Francia y su Frente Nacional, del conocido Jean Marie Le Pen, a miembros más recientes como Rumanía y el Partido por la Gran Rumanía. Quizá España, sea una de las pocas excepciones.

Sin peso real, de momento

En cualquier caso, este tipo de grupos ya estaban presentes en la cámara aunque su peso no ha sido destacable, ni se espera que lo sea ahora. Para que cuenten tendrían que formar un grupo, es decir tener al menos 25 diputados coaligados de por lo menos siete países diferentes. Ya lo intentaron en el pasado, sin éxito, el Frente Nacional francés y la Liga Norte italiana.

Y es que no es fácil poner de acuerdo a grupos con ideas tan semejantes como opuestas. Los grupos ultras de los países más occidentales de la Unión no ven con buenos ojos a los nuevos miembros y los extremistas de nuevo ingreso no se ven con buenos ojos ni entre ellos.

Así que parece improbable que partidos como el SNS, de Eslovaquia, manifiestamente xenófobo y con un discurso anti húngaro se ponga de acuerdo con el partido Jobbik cuyo eslógan es "Hungría pertenece a los húngaros".

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