Los trabajadores del servicio de recogida de basura de los municipios coruñeses de Ames y Carnota han desconvocado este viernes la huelga que mantenían desde hace siete días tras garantizar la financiación para la empresa concesionaria —FCC— el primer ayuntamiento, mediante una iniciativa aprobada en el pleno municipal extraordinario en la noche del jueves.

Así lo ha confirmado, en declaraciones a Europa Press, la presidenta del comité de empresa de la planta de reciclaje de Lousame, Mariví Fabeiro, quien ha explicado que en la mañana de este viernes los trabajadores ya comenzaron a recoger los desperdicios acumulados en las calles de Carnota.

Además, ha indicado que en el caso de Ames, donde la recogida se hace de noche, han pedido a la empresa que haya camiones de apoyo a los compañeros del turno para agilizar el servicio porque no quieren "perjudicar a los vecinos" una vez que se ha desconvocado el paro.

Fabeiro ha resaltado que en el pleno municipal de Ames de este jueves PSdeG, PP y BNG aprobaron la propuesta de la Alcaldía —dirigida por los socialistas— de apoyo a la viabilidad de la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos de Lousame por la que, ha destacado, el Ayuntamiento "se compromete a pagar la deuda y a mantener el canon" para el servicio de basura.

"la empresa no se va"

De este modo, la representante sindical ha considerado que se ha "cumplido todo" lo que pedían los trabajadores para mantener sus puestos de trabajo al comprometerse que mantendrá el Ayuntamiento de Ames "el pago al día" y "así la empresa no se va". "Lo demás tendrán que arreglarlo la mancomunidad con la empresa", ha apostillado.

"La plantilla está satisfecha porque conseguimos los objetivos", ha insistido Mariví Fabeiro, quien ha añadido, no obstante, que les queda por delante "un trabajo duro" a la espera de lo que acuerden mancomunidad y empresa.

Los trabajadores habían convocado la huelga en el servicio de recogida de los dos municipios porque, si bien la empresa FCC mantenía los pagos al día a los empleados, según ellos, los ayuntamientos no pagaban la deuda, por lo que avisaban de que la encargada de la basura "se iría" y los puestos de trabajo —150 empleados— quedaban "en el aire".