¿Qué pasaría si una catástrofe mundial bloqueara nuestra forma habitual de trabajar y de relacionarnos? Lamentablemente, no tenemos que imaginarnos esto como una lejana distopía, porque lo estamos viviendo desde hace un año.
Lo bueno es que de todo se aprende y, en este caso concreto, hemos sacado un claro beneficio: la tecnología se ha empoderado aún más y ha sacado pecho como vector de cambio. Las herramientas tecnológicas han sido las que nos han ayudado a seguir avanzando en el terreno laboral y ha sido gracias a ellas por lo que hemos podido seguir trabajando desde nuestras casas.
Una de esas herramientas han sido los softwares ERP -siglas de ‘Enterprise Resource Planning’- para organizaciones, que han experimentado un crecimiento sin precedentes en 2020.
El denominado software de gestión o ERP tiene como fin administrar y registrar todo lo que ocurre con los recursos de una organización; no solo en empresas, sino también en fundaciones, hospitales, clubes de fútbol, universidades, iglesias, sindicatos, bancos... Es decir: cualquier organismo puede (y debe) aprovecharse de esta solución tecnológica.
Estas plataformas sirven para gestionar facturación e inventarios, para manejar las tareas de recursos humanos o incluso para calcular las nóminas. Si esto es algo que ya era importante en momentos prepandémicos, la crisis sanitaria ha agudizado la necesidad de tener herramientas virtuales que nos permitan gestionar nuestras empresas desde cualquier lugar.
“Tener un sistema ERP es vital para toda organización, ya que no solo permite tener datos financieros y contables, sino que actualmente se integra con otros sistemas como el CRM y además añade funcionalidades como la gestión de almacén o de proyectos que son claves para el desarrollo de la actividad corporativa”, afirma Javier Arbiol, Microsoft Business Manager en Hiberus.
Además, añade el experto, estas soluciones aportan algo “muy importante” en el panorama actual: la analítica de datos. “El dato se ha convertido en un factor de mucha relevancia para las organizaciones y la capacidad de conocerlos y manejarlos es fundamental”, subraya. Analizar su información permite a las organizaciones ver cuáles son los procesos que funcionan mejor y cuáles funcionan peor e incluso buscar vías para mejorarlos.
Uno de sus grandes beneficios es que cualquier tipo de organización puede disponer de un sistema ERP. “Esta herramienta puede adaptarse a todo tipo de verticales, llevándose a cabo una serie de desarrollos a medida sobra la solución estándar”, señala Arbiol.
Otas de las ventajas más significativas de estos sistemas es la centralización de los datos, la conectividad con sistemas de terceros o aplicaciones legacy o la posibilidad de trabajar en nube, dando así una flexibilidad y escalabilidad que en entornos locales “es muy complicado tener”.
La crisis sanitaria ha afectado a procesos como la compra de materias primas, la mano de obra, el abastecimiento o la logística. Por lo tanto, el uso del ERP en esta época se ha visto incrementado como apoyo a la mitigación de todos estos problemas. Además, el uso del ERP en modalidad SaaS (Sofware as a Service) ha permitido tener una capa extra de seguridad sobre los datos corporativos, un factor crítico en una era en la que los ciberataques se han disparado a nivel mundial.