Martin Pansy, CEO de Nuki, tiene claro su futuro ideal, un futuro en el que las llaves desaparezcan y en el que todas las puertas se vayan abriendo a nuestro paso con solo acercarnos a ellas. Ese futuro es ya una realidad gracias a Nuki, la cerradura electrónica que se adapta a prácticamente cualquier cerradura tradicional y le dota de neuronas digitales para automatizar su apertura y cierre.
Ahora, como el propio Pansy reconoce en una entrevista con 20BITS, solo hace falta "difundir la palabra", convencer a la gente de que Nuki es seguro y práctico, y convertir todas las puertas ‘tontas’ del mundo en accesos digitalizados e inteligentes que se abran a nuestro paso.
El director general de Nuki sabe cuales son las principales barreras de popularización de su sistema de apertura automatizada: el miedo y el precio.
Contra el primero solo se puede luchar con los hechos: "Nuki es seguro, no se puede piratear. Ni siquiera nosotros tenemos acceso a las llaves digitales que se almacenan únicamente en el móvil del usuario", explica. Lo cierto es que Nuki es más segura que una cerradura tradicional, no es visible desde fuera del hogar y la puerta guarda un registro de cada apertura, que el usuario puede consultar en tiempo real.
En cuanto al problema del coste, Nuki no es un producto barato, pero la versión 3.0 ofrece un dispositivo sin conexión a internet por ‘solo’ 149 euros. El usuario podrá abrir la cerradura inteligente usando el bluetooth de su móvil o un ‘Fob’, una llave inalámbrica similar al mando de un coche, que se vende por separado por 39 euros.
Si el usuario quiere conectar la Nuki 3.0 a internet para controlar aperturas y cierres desde cualquier lugar del mundo, puede comprar por separado el ‘Nuki Bridge’ por 100 euros o hacerse directamente con la versión Pro de la cerradura, que cuenta con wifi integrado y cuesta 249 euros.
Nuki puede parecer caro, pero Pansy tiene claro que al futuro del hogar inteligente se entra por la puerta. Puertas que se abren solas cuando llegas cargado con la compra o que se pueden desbloquear desde cualquier lugar del mundo para que el cartero o el repartidor nos deje un paquete. Si nos fiamos de él, claro .
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