El sector de la telefonía está haciendo saltar todas las alarmas: las ventas de móviles sufren la mayor caída de su historia. Ni siquiera el periodo navideño pudo salvar el cuarto trimestre de 2022, en el que se registró un desplome del 18,3% en las comercializaciones.
Pero es que hay más aún: según los últimos informes, la venta de smartphones acumula seis años de caídas. Concretamente, en 2022 se vendieron menos de 1.200 millones de terminales, una cifra no vista desde 2013. Los ordenadores también están de capa caída.
¿Qué razones hay detrás de este fenómeno? Por todos es conocido el efecto de las crisis y la incertidumbre económica en la economía doméstica y de mercado que estas generan.
Si analizamos los datos de la venta de móviles a nivel mundial, se observa un aumento desde el año 2012. “Esta situación de crecimiento tuvo su origen en que, a partir de 2013, se dio un entorno idóneo para el mercado en general, y en especial para el mercado de la tecnología y más en concreto el de los smartphones”, adelanta David Lanzas, COO y Cofundador de Aliqindoi.
Para encontrar el origen de esta alegría del mercado tenemos que retroceder un poco más: “Tras estallar la crisis de las hipotecas en 2008, la economía mundial se vio resentida y la economía de hogar empezó un momento de contención de gasto ante la incertidumbre generada que, unido a las altas tasas de paro en muchos países, frenaron drásticamente los hábitos de consumo en la ciudadanía, especialmente en los productos que no eran de primera necesidad”.
Sin embargo, a partir de 2013-2014, la confianza en los mercados y la economía doméstica empieza a remontar, por lo que el gasto en los hogares dejó de contenerse y comenzó a aumentar de forma considerable. Dicho de forma exagerada, fue como si de haber estado contando los céntimos durante unos cuantos años hubiéramos pasado a despilfarrar billetes a lo GIF de Kim Kardashian.
Además, subraya Lanzas, a partir de 2013 los smartphones viven un desarrollo con respecto a capacidad, rendimiento, tecnología y prestaciones especialmente pronunciado, así como de un descenso de precios considerable, especialmente por la irrupción de nuevas marcas en el mercado que arrebataron el monopolio que en ese momento se disputaban Samsung y Apple -dado que Nokia cayó abruptamente desde finales de 2012-.
El experto se refiere a la llegada de las tecnológicas chinas, en aquel momento y con mayor ímpetu Huawei, y a la reconversión al sector de la telefonía de otras que tradicionalmente se habían dedicado más a otros dispositivos, como por ejemplo LG. Muestra de la fuerza de estas marcas es que ambas se colaron en el top 5 de ventas por fabricantes a nivel mundial en el año 2013. Sucedería poco después lo mismo con las firmas Xiaomi y Lenovo -las cuales estuvieron en esa lista en 2015-.
“Fruto del aumento de la competencia, se aceleró el desarrollo de las prestaciones de los smartphones, el número de lanzamientos cada año, así como la posibilidad de que, prácticamente cualquier ciudadano pudiera conseguir móviles de altas prestaciones a precios muy económicos”, comenta el COO y Cofundador de Aliqindoi.
Así, entre 2015 y 2019 se produjo “la época dorada de los smartphones”, ya que además “los ciudadanos podían permitirse cambiar de dispositivo incluso antes de que los mismos perdieran la garantía oficial por el simple hecho de mejorar las prestaciones de su teléfono actual, sobre todo por autonomía, tamaño de pantalla y especialmente calidad de la cámara fotográfica”.
2018: se acabó la alegría en las compras
Según explica el experto, a partir de 2018 se empieza a observar una disminución del mercado de los smartphones a nivel mundial provocada principalmente por tres motivos:
- La guerra comercial entre Estados Unidos y China que entró en el ámbito de la tecnología en 2018 con el famoso veto de Google y el país norteamericano a la tecnológica del gigante asiático en 2019.
- Los usuarios aumentan el tiempo de conservación de los móviles, con la consecuente bajada en la demanda de nuevos dispositivos. En otoño de 2016, en toro al 60% de los consumidores estadounidenses reemplazaron sus teléfonos inteligentes antes de dos años, según las encuestas de CIRP. Para el segundo trimestre de 2020, ese número se había reducido a alrededor del 47%.
- Florece un mercado secundario de móviles usados/reacondicionados: en 2018 este creció más rápido que el mercado primario (de smartphones nuevos). Lo que provocó un aumento aún más considerable del tiempo medio de los smartphones además de una disminución de la demanda en el mercado de dispositivos nuevos.
“Otro punto de inflexión importante fue la aparición de la COVID en diciembre de 2019 con el inicio de las restricciones sanitarias y los efectos del confinamiento a nivel mundial que por desgracia todos conocemos y que produce una caída aún más acusada para 2020”, subraya Lanzas.
En 2021 “se vislumbra un crecimiento en las ventas”, añade, pero valora que fue casi un espejismo: “Si analizamos el conjunto del año, el crecimiento se concentró en los primeros seis meses, en el que se aceleró la demanda con la apertura de los mercados tras la etapa más virulenta de la pandemia, y el interés de los consumidores en los teléfonos 5G a precios más bajos. En cambio, desde julio, ya se vio afectado por la limitación de disponibilidad de los terminales, lo que lastró las ventas en la segunda mitad del año”.
Finalmente, en 2022, se confirmó lo que todos sospechaban: una caída del mercado, provocada principalmente por la limitación de terminales -derivada de los problemas en la cadena de suministro- y el efecto de la guerra de Ucrania, que produjo una pérdida de confianza de los consumidores por la incertidumbre económica y el aumento de la inflación.
¿Y qué pasa con los PCs?
En cuanto al descenso de la venta de los ordenadores, el experto afirma que llevan de “capa caída” desde la irrupción de los smartphones: “Gracias a la capacidad para navegar por Internet con nuestros dispositivos móviles, unido a la mejora de la velocidad de conexión que ofrecen los operadores de telefonía, podemos ver cómo desde 2011, momento en el que la venta de teléfonos inteligentes superó a la venta de PC, el mercado ha ido decreciendo de forma constante para los ordenadores”.
A pesar de ello, se observó un aumento en las ventas de ordenadores, especialmente en los portátiles en 2020 y 2021, debido principalmente a la necesidad de teletrabajo a causa del confinamiento y las restricciones de la COVID, que hicieron que numerosas empresas facilitaran portátiles a sus trabajadores para poder trabajar desde casa.
Sin embargo, ese pequeño 'boom' fue solo transitorio y en 2022 ya hubo un claro descenso. “Lo más probable es que siga bajando (la venta de ordenadores) hasta equipararse a los años anteriores a la COVID”.
¿Nació durante la pandemia una burbuja que ahora ha explotado?
En opinión de Herminio Granero, director del Área de Volumen de Ingram Micro, los dispositivos como herramienta de comunicación tales como el portátil, la tablet y el smartphone durante la época de pandemia “fueron instrumentos claves de comunicación entre empresas y entre particulares”.
Debido a la revolución que supuso el teletrabajo y a un mayor interés en el equipamiento para el hogar y en el ocio digital -motivados por nuestra obligación de permanecer más tiempo en casa- tuvo lugar un aumento significativo de la demanda de aparatos y productos tecnológicos. Así, “durante la pandemia se produjo una aceleración en la transformación digital y en la renovación de los parques de dispositivos, el usuario tuvo que equiparse para adaptarse a las necesidades de los entornos de trabajo en remoto o híbrido que comenzaron a implementarse en ese tiempo”, destaca Granero.
No obstante, el experto asegura que si bien es cierto que la tendencia de venta en unidades de dispositivos tanto de smartphones como de ordenadores portátiles ha caído, “el precio medio está subiendo, dado que el usuario, tanto profesional como particular, demanda cada vez mejores características y está dispuesto a pagar más por un producto mejor”. “De este modo, aunque se vendan menos dispositivos, el tamaño de mercado en valor se mantiene o incluso en ciertos períodos ha crecido”.
Para el COO y Cofundador de Aliqindoi, “más que una burbuja que ahora ha explotado, lo que nació durante la pandemia fue esa necesidad de dotar a los trabajadores de portátiles e incluso de teléfono móvil corporativo para poder teletrabajar cumpliendo con la normativa existente en cuanto a trabajo en remoto en la mayoría de países. Unido a la citada bajada de precio de los terminales 5G, en el caso de los smartphones, que se produjo en 2021”.
Además, matiza, “muchos economistas defienden que cada cierto periodo se produce alguna crisis económica. Esto se debe a que creen que el modelo de ciclo económico se fundamenta en el movimiento de la producción capitalista a través de fases que guardan entre sí una relación de sucesión: crisis, depresión, reanimación y auge. De esta forma defienden que el conjunto de fases entre dos crisis forma un ciclo capitalista. Cada crisis (también llamada fase del descenso) es donde termina un ciclo capitalista y vuelve a empezar otro ciclo. En la crisis se manifiestan todas las contradicciones del sistema capitalista que se van acumulando hasta que estallan en un instante determinado. Es el momento de explosión de las llamadas burbujas, que indefectiblemente tienden a formarse en la economía capitalista”.
La diferencia en este caso es que en mitad de uno de esos ciclos económicos han aparecido tres factores que han modificado de forma abrupta la situación existente: la COVID, la situación geopolítica producida por la guerra de Ucrania y Rusia y el problema en la cadena de suministro, motivado por varios problemas -la escasez y precio de contenedores marítimos, la falta de transportistas, el encarecimiento de materias primas, la crisis de los semiconductores, el aumento del precio del combustible y de la energía, la inflación...-.
¿Son más duraderos ahora los dispositivos?
Lanzas responde claro a esta pregunta: “Realmente no es que los terminales sean más duraderos por construcción, es que los consumidores han cambiado sus hábitos de consumo y actualmente han aumentado el tiempo de conservación de los smartphones”.
Además, añade, cada vez se están poniendo más medidas para garantizar el acceso a piezas, componentes y aumento en el periodo de garantía de los fabricantes. Gracias a ello y a que la diferencia con respecto a tecnología entre un móvil de hace tres años y uno actual ya no supone un salto tan grande, especialmente a nivel uso por parte del consumidor, “cada vez es menos necesario cambiar el dispositivo en un plazo tan corto de tiempo”.
Por su parte, el director del Área de Volumen de Ingram Micro opina que la innovación digital en los dispositivos, la evolución y el desarrollo en la tecnología “no para” y el mercado avanza con mejores soluciones a las que el usuario “sigue adaptándose”.
“Los procesos de fabricación cada vez son más eficientes y las políticas adoptadas por los fabricantes y el canal, tales como la oferta de soluciones de economía circular o la venta de dispositivos reacondicionados, han alargado el ciclo de vida del producto. Esto es positivo tanto para los consumidores, como para el impacto medioambiental en el planeta”, concluye.
Reacondicionados: una nueva economía
En los últimos años, tanto los gobiernos y autoridades a nivel mundial como los consumidores se han dado cuenta de la necesidad de frenar la generación de basura electrónica.
Datos de Statista señalan que, en 2021, la cantidad de teléfonos que operan en todo el mundo fue de casi 15.000 millones, frente a los poco más de 14.000 millones del año anterior. Se espera que la cantidad de dispositivos móviles alcance los 18.220 millones para 2025, un aumento de 4.200 millones en comparación con los niveles de 2020.
Según el Waste Electrical and Electronic Equipment Forum, en torno a 5.300 millones de smartphones se convirtieron en basura electrónica en 2022. Apilados uno encima de otro se elevarían aproximadamente 50.000 kilómetros, 120 veces más que la distancia que hay desde la Tierra a la Estación Espacial Internacional.
Procesar toda esta basura electrónica tiene un inmenso coste tanto económico como medioambiental. Según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA) a nivel global se generan cerca de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos cada año y, de media, cada ciudadano europeo genera 16 kg de residuos eléctricos cada año.
Lanzas explica que, ante esta situación, se ha producido una tendencia a nivel mundial a fomentar la economía circular y tratar así de alargar la vida útil de los dispositivos móviles. Algunos ejemplos de ello:
- El Parlamento Europeo aprobó el 25 de noviembre de 2020 una ley que precisamente permite luchar a favor del "derecho a reparar" y que tiene como objetivo aumentar la vida útil de los dispositivos electrónicos y lograr así un menor impacto medioambiental.
- La nueva Ley de garantías, que en vigor desde el 1 de enero de 2022 y que amplía el plazo de garantía legal de los productos de 2 a 3 años y que además estipula que los fabricantes estarán obligados a ofrecer piezas de recambio durante 10 años desde la descatalogación, entre otras novedades.
- Y el aumento de la cuota de mercado en el caso de la tecnología usada y especialmente los teléfonos usados y reacondicionados.
Esta tendencia, la de los reacondicionados, está calando entre los consumidores debido a que el precio de compra de un terminal usado puede ser de entre un 20% y un 40% con respecto al precio de compra de uno nuevo. “Gracias a ello, se está logrando que los consumidores mantengan más tiempo sus dispositivos móviles y que, muchos de ellos, en lugar de comprar uno nuevo, tiendan a comprar un móvil usado, por las ventajas que supone tanto a nivel económico como medioambiental”, finaliza Lanzas.
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