El avance de la tecnología 'no para' y cada vez lo hace a un ritmo más acelerado. Adrián Gallegos, CTO de Telecoming, afirma para 20BITS que esa rapidez que existe dentro del sector obliga a los fabricantes a innovar en hardware. Sin embargo, la celeridad de las tecnológicas no necesariamente se traduce en una adopción temprana por parte de los usuarios.
Los dispositivos que podríamos catalogar 'del futuro' en los que se está trabajando actualmente son muchos. Un ejemplo son los que tienen pantallas enrrollables o plegables, en los que varias firmas de móviles parece que comienzan a poner el foco. También hay otros en los que se llevan años trabajando sin que terminen de lanzarse, como los implantes cerebrales con interfaz cerebro-computadora de Neuralink, como destaca en 20BITS Daniel Cortés, CTO de IMMUNE Technology Institute.
Para que estos productos convenzan al consumidor final, Gallegos señala que deben ofrecer "algo diferente": "Si el usuario descubre experiencias que solo puede vivir con esos nuevos dispositivos, entonces pagará por ellos". De lo contrario, los aparatos no se venden y esto supondría un fracaso para años de trabajo de las marcas.
Las gafas de realidad virtual
Apple lleva mucho tiempo trabajando en el desarrollo de sus propias gafas de realidad mixta, es decir, que combinan realidad aumentada y virtual. Este año parece que será el definitivo, sin embargo, para que esto ocurra, el CEO de la firma, Tim Cook, ha tenido que meter presión al equipo de diseño.
Su precio de salida se rumorea que será de alrededor de 3.000 dólares, lo que cuesta imaginar que los usuarios estén dispuestos a pagar. A pesar de ello, la marca espera vender cerca de un millón de unidades durante el primer año.
El posible lanzamiento del producto de Apple en 2023 coincide con el anuncio de Google del abandono de sus Google Glass, unas gafas inteligentes que estaban destinadas en un principio al público general y que pasó a enfocarse a clientes empresariales sin mucho éxito.
"A poco que te pares a pensar te habrás dado cuenta de que es imposible que la tecnología avance tan rápido en todos estos campos, por lo que desgraciadamente muchos de los dispositivos que se ponen en producción no están testados al 100% y lo que es aún más preocupante, muchos de ellos pueden presentan efectos nocivos sobre la salud del ser humano", subraya Cortés.
En el caso de las Google Glass, Cortés recuerda que se lanzaron en 2013 como un proyecto experimental: "El dispositivo tuvo problemas de adopción debido a su alto coste, diseño poco atractivo y, sobre todo, la preocupación por la privacidad, sus limitaciones de batería y funcionalidad". De hecho, tuvieron que suspender su venta en 2015 y retomaron el proyecto en 2017 hasta hace unas semanas.
Gallegos reconoce que "las gafas no se han hecho populares” de momento, pero cree que el lanzamiento puede tener "un perfil más estratégico que de mercado". Todavía es un sector incipiente que los expertos esperan que, para el 2025, esté valorado en 19.000 millones de dólares: "Apple no se quiere quedar fuera. Tiene sentido que participen".
Dispositivos para el metaverso
Pese a que en 2022 la palabra metaverso fue muy sonada después de que Mark Zuckerberg apostase por cambiar el nombre de su empresa matriz a Meta y se enfocase en esta tecnología, ahora apenas escuchamos sobre ella. En el caso Meta, por seguir con el ejemplo, Cortés cuenta que invirtieron 15.000 millones en el metaverso sin mucho éxito.
Los chips de Neuralink
La empresa de neurotecnología de Elon Musk, Neuralink, tiene como objetivo desarrollar un implante cerebral que permita conectar la mente de las personas a un ordenador. Mediante este sistema, la idea es que se pueda mejorar la vida de pacientes con enfermedades como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
A pesar de que lleven años trabajando, Cortés recalca que fue a finales del año pasado cuando se anunció que los investigadores comenzarían a realizar ensayos clínicos a mediados de 2023. "Hay que tener en cuenta que es un proceso lento, ya que los ensayos en humanos son mucho más restrictivos y deben pasar por la aprobación de la FDA", detalla el experto.
Aunque aún quede mucho estudio por delante, Cortés considera que este proyecto saldrá adelante. "Tienen un gran presupuesto y una empresa en tecnología punta", menciona. Sin embargo, opina que los procesos son lentos, por lo que los resultados no comenzarán a verse hasta dentro de unos años.
Dispositivos enrollables o plegables
"Las pantallas plegables o enrrollables no están teniendo la aceptación que se esperaba porque no ofrecen aún una experiencia diferencial frente al resto de dispositivos del mercado con los que los consumidores operan de manera satisfactoria", apunta Gallegos.
Los más conocidos ahora son los Samsung Galaxy Fold, Z Fold 2, y Z Flip, que no son especialmente baratos y no terminan de conseguir una aceptación masiva del público general. Las pantallas de Samgung arrancaron en 2019, pero Cortés detalla que "por las prisas en sacar la tecnología sin estar completamente lista tuvieron que retrasar el lanzamiento de su primer teléfono flexible debido a que algunas pantallas presentaron fallos con apenas unos días de uso".
En el CES o en el Mobile World Congress de este año, se han mostrado otros modelos que están todavía en el tintero, pero demuestra que todavía no se dan por vencidos.
Para lograr la aceptación de los consumidores finales, los fabricantes deberán trabajar en su fragilidad, durabilidad, problemas de compatibilidad con algunas apps, el alto coste, etc. "Tendremos que esperar años para ver el recorrido que tienen las pantallas enrrollables y plegables para saber si ha sido una verdadera evolución o se quedaron en el intento", piensa Gallegos.
El proyecto revolucionario que terminó en nada
Mientras esperamos para saber si los dispositivos con los que se está innovando salen adelante, cabe señalar que hubo trabajos de investigación tecnológica que prometían mucho y que acabaron fracasando. Cortés pone el ejemplo de Theranos, una empresa de biotecnología fundada en 2003 por Elizabeth Holmes.
Según recuerda el experto para 20BITS, aseguraban que estaban trabajando en lo que sería una revolución en la industria de los análisis de sangre. La supuesta tecnología que estaban desarrollando era capaz de examinar con solo una gota de sangre si el usuario tenía múltiples tipos de enfermedades.
Cortés explica que se demostró que "los resultados de las pruebas realizadas por Theranos no coincidían con los de los laboratorios convencionales". Finalmente, una publicación en 2015 de Wall Street Journal informó de la farsa detrás de la firma: "Había estado utilizando equipos convencionales de laboratorio en lugar de su tecnología propia para realizar la mayoría de las pruebas".
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