El robot humanoide Asimo 'se jubila' tras 20 años de silenciosos avances

Asimo es capaz de correr hacia adelante, hacia atrás, saltar y subir escaleras.
Asimo es capaz de correr hacia adelante, hacia atrás, saltar y subir escaleras.
Honda
Asimo es capaz de correr hacia adelante, hacia atrás, saltar y subir escaleras.

Este jueves se ha jubilado Asimo (Advanced Step in Innovative Mobility), el robot con aspecto humanoide que hace 20 años creó Honda con la intención de revolucionar el mercado de los robots y las nuevas tecnologías.

La marca japonesa concibió este aparato pensando en el futuro de nuestros hogares, con la intención de hacerlo llegar a ellos para facilitar nuestras tareas diarias y ser un complemento fundamental en nuestras vidas. Sin embargo, prometía más de lo que en realidad fue.

La idea original pretendía que Asimo ayudase a las personas con movilidad reducida a llevar a cabo sus rutinas diarias para que pudiesen valerse por sí mismas. El robot sería el apoyo idóneo a la hora de moverse, incluso de caminar.

Y no solo eso, Honda apostó por un androide capaz de ayudar a un niño a hacer sus deberes, entre otras tareas.

Cómo nace Asimo

En 1986, los ingenieros de Honda se propusieron crear un robot que caminase.

Según explica la propia compañía en su web, los primeros modelos (E1, E2, E3) se centraron en desarrollar piernas que pudieran simular el andar de un ser humano.

La siguiente serie de modelos (E4, E5, E6) se centró en la estabilización de la marcha y la subida de escaleras.

Luego, se agregaron una cabeza, un cuerpo y brazos al robot para mejorar el equilibrio y agregar funcionalidad. 

El primer robot humanoide de Honda, P1, era bastante resistente con 188 centímetros de altura y 175 kilos aproximadamente. P2 fue mejorado con un diseño más amigable, que caminaba mejor, subía y bajaba escaleras y hacía movimientos automáticos inalámbricos. 

El modelo P3 era aún más compacto, con una altura de 157 centímetros y un peso de 130 kilos.

Tras dos décadas de investigación en robótica humanoide, lograron que corriese, caminara por pendientes y superficies irregulares, pudiese girar suavemente, incluso subir escaleras y alcanzar y agarrar objetos.

Las últimas versiones de Asimo incorporaban avances en sus capacidades físicas.
Las últimas versiones de Asimo incorporaban avances en sus capacidades físicas.
Honda

Además, también podía comprender y responder a determinadas órdenes de voz que fueran sencillas. Todo ello, sumado a una capacidad muy importante, podía reconocer el rostro de un determinado número de de personas.

Incluso, usando sus ojos de cámara, Asimo ya podía mapear su entorno y registrar objetos estacionarios, evitar obstáculos en movimiento mientras se movía a través de su entorno.

Primeras dificultades en el camino

A la hora de la verdad, las funciones de Asimo no eran del todo prácticas en las rutinas diarias. Además, su precio era demasiado elevado para que pudiese estar al alcance de cualquier familia.

Diez años después de su lanzamiento, en 2011, la última versión de Asimo costaba dos millones de euros.

Principalmente por este motivo, sus funciones fueron pasando a un segundo plano como, por ejemplo, llevar la compra a casa o estrechar la mano.

Realmente, se convirtió en un ‘pelele’ dedicado a recibir las de visitas de jefes de Estado o presidentes de Gobierno en Japón, entre otras actividades poco trascendentes para el mundo tech como demostraciones en eventos y museos.

Así pues, Honda anunció en 2018 que no desarrollaría más versiones del humanoide.

Sí que fue una revolución tech en su momento

Aunque Asimo no fuese el resultado de lo que pretendía ser, sirvió de base para el desarrollo de tecnologías de las que, a día de hoy, disfrutamos. Si este grupo de ingenieros de Honda no hubiera desplegado en él capacidades como el reconocimiento facial o la interacción con los seres humanos, quizá hubiéramos tardado más en obtener resultados con otros robots que, en la actualidad, están en el mercado.

Honda no desiste en crear un robot revolucionario

Aunque Asimo no haya dado los resultados previstos, la experiencia en su proceso ha hecho que, hace tan solo unos meses, Honda anunciara que iba a desarrollar un robot avatar. Es decir, una máquina que se podrá controlar de manera remota.

Entre sus características y artilugios se encuentra una mano con múltiples dedos y una función de control remoto con Inteligencia Artificial.

No obstante y, según ha comunicado Japan Times, la rentabilidad de Asimo no acaba aquí, ya que Honda ha decidido aprovechar el ‘tirón’ de su jubilación para comercializar productos asociados al robot.

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