La última idea para reducir accidentes en los coches autónomos: ponerles ojos

Los ojos robóticos usados en el estudio funcionaban por control remoto, pero los investigadores quieren hacerlos automáticos.
Los ojos robóticos usados en el estudio funcionaban por control remoto, pero los investigadores quieren hacerlos automáticos.
AdonisChang vía YouTube
Los ojos robóticos usados en el estudio funcionaban por control remoto, pero los investigadores quieren hacerlos automáticos.

Una investigación de la Universidad de Tokio asegura que ponerles ojos robóticos a los vehículos autónomos reduciría los accidentes de tráfico. Para comprobarlo, el equipo del estudio presentó distintos escenarios en realidad virtual y unos participantes tenían que decidir si cruzar o no la carretera.

Algunas de las simulaciones mostraban coches autónomos con ojos. Cuando estos miraban al peatón (el participante), este tomaba decisiones más seguras o eficientes.

"No se ha investigado lo suficiente la relación entre los coches autónomos y las personas que los rodean, como los peatones –apunta el profesor Takeo Igarashi, de la Escuela de Postgrado de Ciencia y Tecnología de la Información-. Por eso necesitamos más investigación y esfuerzo en esa interacción para aportar seguridad y garantía a la sociedad en lo que respecta a los coches autónomos".

Cuando una persona es la que conduce, los peatones saben que el piloto se ha percatado de su presencia gracias a que este le mira. No obstante, si no hay nadie al volante, los individuos pueden tener dudas y no sentirse seguros al cruzar. Los ojos eliminarían en gran medida este inconveniente.

Los distintos escenarios del 'coche mirón'

Para probarlo fuera de las simulaciones, los investigadores japoneses colocaron dos ojos robóticos vigilados por control remoto a un carrito de golf autónomo. El nombre que le han puesto al vehículo es 'coche mirón' y han demostrado que los peatones se atreverían a cruzar delante de uno rápidamente si supiesen que los ha visto.

En el estudio se prepararon cuatro escenarios: en dos de ellos el vehículo tenía ojos y en el resto no tenía. Los casos en los del 'coche mirón', los ojos miraban al peatón cuando iba a parar y no lo hacían cuando no iba a parar.

El equipo colocó cámaras de vídeo de 360 grados para captar los movimientos de los 18 participantes (9 hombres y 9 mujeres), de entre 18 y 49 años. Estos experimentaron los diferentes escenarios varias veces y de forma aleatoria y solo tenían 3 segundos para decidir si cruzaban o no.

Con el objetivo de que los resultados fuesen detallados, los investigadores analizaron la frecuencia con la que los participantes elegían detenerse cuando podrían haber cruzado y la frecuencia con la que cruzaban cuando deberían haber esperado.

Chia-Ming Chang, profesora y miembro del equipo de investigación, subraya que hubo "una clara diferencia entre géneros". Sin embargo, reconocía que podía haber otros factores que también "podrían haber influido en las reacciones de los participantes", como la edad o la procedencia.

En concreto, los hombres fueron los que tomaron decisiones más peligrosas, aunque los errores se mitigaban en los escenarios del 'coche mirón'. Por otro lado, las mujeres tomaban mejores decisiones y también se notaba una mejora en los resultados gracias a los vehículos con ojos.

Ahora, Igarashi propone un nuevo propósito para desarrollar el control automático de los ojos robóticos a través de una Inteligencia Artificial, ya que hasta ahora lo han hecho mediante control remoto.

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