La Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a una entidad bancaria a abonar 4.000 euros a una clienta. El motivo se debe a que el dinero de la afectada fue sustraído de su cuenta bancaria a través de la tarjeta de débito mediante phishing.
Los ciberdelincuentes pudieron acceder a su cuenta tras conseguir las claves de manera fraudulenta. Economist & Jurist señala que “este robo se produjo mediante el uso de los datos del instrumento de pago en 20 operaciones realizadas los días 16 y 17 de mayo de 2020”.
El banco reconoció que la clienta había sufrido un fraude informático, alegando que actuó con negligencia porque abrió un correo electrónico con phishing, lo que ayudó a los ciberdelincuentes a que pudieran instalar una aplicación defraudadora en la tarjeta de débito para realizar pagos.
Los magistrados dictan que el responsable del fraude es el banco por no ser consciente de este tipo de operaciones bancarias, además, la demanda fue rechazada en un principio porque consideraron que el cliente tenía la culpa.
La Audiencia revocó la sentencia del juzgado y declaró responsable a la entidad bancaria, indicando que debe reintegrar la cantidad de dinero robada.
Economist & Jurist añade que “los magistrados entienden que el banco no dio pruebas de la implementación de un mecanismo antiphising de protección de los usuarios de los medios de pago emitidos frente al uso fraudulento de un tercero”.
Las cantidades que fueron sustraídas de la cuenta del cliente respondieron a órdenes de pago realizadas por un tercero, debido a que usó inapropiadamente los datos de su tarjeta de crédito.
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