La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) ha avisado del uso de deepfakes para estafas por Internet. Según cuentan, los ciberdelincuentes suben contenido modificado para extorsionar a sus víctimas a cambio de dinero.
El deepfake es un tipo de tecnología basado en Inteligencia Artificial capaz de falsificar vídeos y audios. En 20Bits, hemos hablado de ello en varias ocasiones y puede tener buenos fines, en publicidad o para salvaguardar la identidad de personas vulnerables, pero también se usa para prácticas delictivas.
A medida que se perfeccionan las deepfakes, más estafadores comienzan a emplearlas. Hace unos meses, el FBI anunció que se había registrado un aumento de perfiles creados con ayuda de esta tecnología. Los impostores hacen uso de vídeos, imágenes y grabaciones para robar la identidad de alguien para lograr engañar a otros usuarios.
La agencia federal ha notificado que algunas campañas fraudulentas se encargan de manipular imágenes y vídeos para crear contenido explícito falso con el rostro de sus víctimas. Posteriormente, estos deepfakes los publican en redes sociales, foros y páginas web pornográficas.
En ocasiones, los propios usuarios afectados no eran conscientes de que ese material circulaba por Internet hasta que fueron alertados por conocidos. También hay casos en los que los ciberdelincuentes han contactado con las víctimas para extorsionarlos a cambio de dinero.
Esta última práctica es conocida como 'sextorsión'. Consiste en un tipo de chantaje en el que los estafadores piden a las víctimas que realicen cierta actividad o den dinero bajo la amenaza de revelar información íntima o compartir imágenes sexualmente explicitas.
El FBI recuerda que una vez este contenido se comparte, es posible que las víctimas se enfrenten a "desafíos importantes" para frenar la difusión de estas imágenes y vídeos manipulados y borrarlo de la red.
Desde abril de 2023 se ha observado un aumento de usuarios que aseguran haber sido víctimas de la sextorsión. Generalmente, los ciberdelincuentes exigieron dinero o vídeos reales de contenido sexual a cambio de no publicar los que ya tenían.
El organismo estadounidense ha aconsejado discreción a la hora de publicar imágenes, vídeos y contenido personal 'online'. Lo recomendable es aplicar configuraciones de privacidad en las redes sociales y llevar a cabo búsquedas inversas de imágenes.
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