Mi apuesta en la guerra entre Microsoft y Google por la Inteligencia Artificial, "algo más importante que la electricidad o el fuego"

Inteligencia Artificial
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Getty Images/iStockphoto
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Nos guste o no las guerras nos acompañan desde el principio de los tiempos. Conflictos de poder, batallas de intereses económicos, incursiones territoriales… y desde hace no tanto las guerras por el control de la tecnología. Por suerte, en este tipo de guerras, los espectadores externos podemos ‘disfrutarlas’ y beneficiarnos de los avances que inevitablemente resultan de ellas.

David Monzó

Dr. David Monzó

  • Fundador y CTO Tyris.ai

La Guerra con G mayúscula por el dominio comercial de las Inteligencias Artificiales (IAs), seguramente la más importante en mucho tiempo, ya está en marcha.

Alexa y la revolución de Amazon

Los usuarios españoles ya pueden cambiar la voz femenina de Alexa a una masculina.
Los usuarios españoles ya pueden cambiar la voz femenina de Alexa a una masculina.
Brandon Romanchuk vía Unsplash

Hace apenas una década las grandes compañías tecnológicas empezaron a apostar e invertir de forma abierta y estratégica por esta tecnología y pronto se marcó una línea divisoria entre las que simplemente buscaban su espacio de mercado, como Amazon quien revolucionó con Alexa las IA ‘en casa’, de aquellas que han visto en la Inteligencia Artificial la próxima revolución industrial. Entre las segundas hay dos Big Players que han puesto toda su carne en el asador.

Google contra Microsoft: la batalla está servida

Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿a día de hoy quien está ganando? ¿A quién de los dos darán su apoyo los usuarios como nosotros?

Sin duda Google ha sido el referente de la IA en los últimos años. Sundar Pichai, CEO de la empresa desde 2015, llegó a afirmar sin que le temblara el pulso que "la Inteligencia Artificial es más importante que la electricidad o el fuego", dejando bien clara cuál es su visión.

Google quiere cambiar el mundo y su instrumento para hacerlo es la IA. Cosas que en las películas de los años 80 y los 90 eran pura ciencia ficción, como gobernar máquinas mediante comandos de voz o traducir textos de cualquier idioma al instante, ahora forman parte de nuestro día a día gracias a Google. Ejemplos claros son el famoso ‘Ok, Google’ que nos permite hablar con nuestro teléfono, o la aplicación de Google Lens que parece hacer magia con las imágenes de nuestra cámara.

A través de su empresa especializada, DeepMind, Google ha situado en los últimos años las bases y fundamentos de las actuales IAs, basadas en el uso extensivo de Redes Neuronales. Ha mostrado que sus IAs, como AlphaGo, consiguen que personas expertas en áreas concretas parezcan niños en comparación cuando hacen sus mismos trabajos. DeepMind también ha revolucionado la investigación médica y química con AlphaFold, una IA capaz de predecir de forma asombrosa la estructura de las proteínas. Y no nos olvidemos que en 2018 introdujo BERT, la técnica clave que ha hecho que el procesamiento de lenguaje natural (NLP) sea hoy la realidad que es.

Google ha sido sin duda el faro que ha iluminado las aguas inexploradas de las IAs, pero… ¿quizás había otras bestias al acecho bajo esas aguas?

OpenAI entra en escena

El GPTZero es útil para que los profesores detecten si sus alumnos han usado la IA de OpenAI en sus trabajos o no.
El GPTZero es útil para que los profesores detecten si sus alumnos han usado la IA de OpenAI en sus trabajos o no.
[@Alexandra_Koch] vía Pixabay

En 2015, se coló en esta guerra de gigantes OpenAI, una organización sin ánimo de lucro fundada, entre otros, por uno de los nombres propios de la tecnología a nivel mundial, Elon Musk. Y se pusieron manos a la obra para revolucionar el panorama, yendo siempre un paso por delante del resto de competidores.

OpenAI nos ha dado muchas gratas sorpresas en los últimos años: desde su famoso modelo de lenguaje GPT (en sus distintas versiones y basado en el BERT de Google) que nos ha acercado el NLP a nuestro día a día, hasta DALL-E, la IA generativa de imágenes fotorrealistas a partir de textos que no deja de fascinar (y de ganar concursos de imagen y fotografía).

No es de extrañar que OpenAI haya conseguido la admiración del público general, porque por primera vez la gente ve la potencia de las IA, ¡y cualquiera puede usarlas! 

Mucho se ha hablado, y se hablará en los próximos años, de cómo estas IAs, que crean y razonan a niveles que cuesta de distinguir de un humano, pueden incluso acabar acaparando ciertos puestos de trabajo.

La introducción de ChatGPT en las aulas.
La introducción de ChatGPT en las aulas.
Carlos Gámez

Como colofón, a finales de 2022 OpenAI nos trajo ChatGPT, la IA más solicitada de la historia y cuya ola navegamos ahora mismo. ChatGPT no es ni más ni menos que su afamada GPT (versión 3.5) disfrazada con una interfaz a modo de chat, de manera que puede responder de forma lógica y precisa a casi cualquier pregunta que le hagamos, siguiendo nuestras conversaciones a nivel bastante humano (se estima que alcanzando más de un 83% de entendimiento). Más fácil y accesible, imposible.

Sólo queda preguntarnos: ¿Y después de Chat GPT, qué es lo siguiente?

Microsoft nunca tira la toalla

Ya hemos llegado a donde queríamos, porque ¿qué pinta Microsoft en todo esto? Pues pinta, y mucho, porque ha sido una compañía que ha sabido renovarse y, reconozcámoslo, cuando ya muchos la daban por moribunda, ha sabido renacer de sus cenizas.

Bing ha llegado a tener hasta una crisis existencial en una conversación con un usuario.
Bing ha llegado a tener hasta una crisis existencial en una conversación con un usuario.
Rubaitul Azad de Unsplash

Sam Altman, CEO de Microsoft, anunció este mismo año su estrategia de inversión masiva en OpenAI, y fruto de esta alianza, ya hemos empezado a ver los primeros resultados: Microsoft ha venido a pegar fuerte para ganar esta guerra, anunciando una nueva era de buscadores; el Bing del futuro, accesible en el presente.

Microsoft quiere pelear fuerte, y se ha metido en el campo en el que Google era intocable: las búsquedas en Internet. En su anuncio, Microsoft muestra su denostado buscador, Bing, integrado con ChatGPT (que carecía de conexión a Internet), dando así un triple salto mortal. 

¿Qué implica esto? Para que lo entendamos, Google con su buscador siempre ha presumido de tener un Ferrari, difícilmente superable. Pues bien, lo que ha hecho Microsoft con Bing Chat es poner en marcha un Tesla, de manera que nuestro vehículo para movernos por Internet promete ser inteligente, casi autónomo. No está nada mal.

Y no se queda ahí. Microsoft promete continuar con sus mejoras en corto plazo, por ejemplo, integrando también DALL-E 2 en su buscador. Estos anuncios en Google no han sentado nada bien. Les ha pillado a contrapié y ahora se ven obligados a contraatacar.

La guerra continuará

En mi opinión estamos en un punto de inflexión tecnológico. La guerra sigue en marcha y nosotros, como decía al principio, seguiremos beneficiándonos de ella. Sin ir más lejos, como respuesta a Bing Chat, hace apenas unas semanas Google anunció, con bastante poco éxito por lo precipitado que resultó todo, su contrapartida: Bard, su propio motor de búsquedas en Internet con chat. Pero todavía no pueden hacerle sombra al gigante ChatGPT, aunque no nos quede duda de que seguirán intentándolo.

Mientras tanto, OpenAI ya ha anunciado una nueva generación de modelos NLP con GPT-4, buscando afianzar sobre todo el punto más débil de los chats inteligentes, su fiabilidad.

Yo, si tuviera que apostar por alguien a corto plazo, apostaría sin duda por Microsoft, pero sé que en Google lo saben, y seguro que se guardan unos cuantos ases bajo la manga. La artillería está preparada. La guerra está servida… y sólo nos queda disfrutarla y ver qué nos depara.

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