El metaverso: el futuro de Internet en el que las grandes empresas tecnológicas invierten ya vale 500.000 millones de euros

Apertura del estreno de la galería Metaverse con Shoshana Epsilon en 2006.
Apertura del estreno de la galería Metaverse con Shoshana Epsilon en 2006.
Dean Terry / Flickr
Apertura del estreno de la galería Metaverse con Shoshana Epsilon en 2006.

El metaverso es un universo paralelo al mundo físico que está formado por mundos virtuales interconectados y en el que se prevé que los humanos podremos vivir una existencia alternativa. Según un informe de Bloomberg Intelligence, este entorno digital tiene un valor actual de 500.000 millones de dólares.

Las perspectivas económicas son tan grandes que se espera que a mediados de esta década alcance los 800.000 millones y que en 2030 llegue a los 2 billones y medio. Los expertos consideran que el metaverso es el futuro de la humanidad y de Internet y, por ello, diversas empresas tecnológicas están invirtiendo miles de millones de dólares para convertirse en portales de entradas a esta dimensión.

Apple, Facebook, Sony, Alibaba, Tencent y Nvidia son algunas de estas compañías. Ventura Beat afirma que, detrás de ellas, se encuentran empresas financieras que están creando fondos centrados en el valor económico de estos mundos.

Una de ellas es Roundhill Investment, una compañía neoyorquina que ha creado la primera cesta de valores en la que los inversores pueden meter dinero para invertir en las empresas que están desarrollando su metaverso. Esta cesta de valores recibe el nombre de Metaverse ETC (Exchange-Traded Fund) y promete que sus inversores obtendrán beneficios con el crecimiento de este universo paralelo.

Del proto-metaverso al metaverso

De momento, el incremento del valor del metaverso está surgiendo sin ni siquiera haber obtenido su forma definitiva. En la actualidad, solo se puede hablar de un ‘proto-metaverso’, algo similar a los primeros años de Internet.

Este proto-metaverso comenzó a surgir cuando Internet era tan solo un par de redes separadas que se conectaban a través de TCP/IP, un protocolo estándar. El TCP/IP es un lenguaje universal que trasladaba paquetes de información de una red local a otra, construyendo una red más grande.

En aquella época, las redes de las universidades, las comerciales, la de los centros de investigación y demás eran independientes. Sin embargo, con el tiempo se fueron conectando y formaron una red universal con un nuevo sistema de comunicación y conocimiento. Esto provocó una revolución tanto industrial como económica.

Actualmente, esto mismo está ocurriendo con el prototipo de metaverso: existen diversos mundos virtuales independientes, desde videojuegos hasta fábricas virtuales (como la de BMW), pero no están conectados entre ellos. Al menos no todavía.

BMW, junto a Nvidia, ha creado una fábrica virtual.
BMW, junto a Nvidia, ha creado una fábrica virtual.
BMW

Aunque para muchos, la idea del metaverso pueda resultar incomprensible y parezca arriesgado invertir en él. Otros ven en este universo paralelo virtual una nueva propuesta en la que depositar parte de su dinero.

El metaverso todavía no es tangible físicamente, pero si mentalmente y eso parece que le da ya un valor económico. El futurista Matthew Ball apuntaba en su ensayo ‘A Framework for The Metaverse' lo siguiente: “Basándonos en los precedentes, podemos aventurar que el metaverso revolucionará todas las industrias y funciones. Desde la sanidad a los pagos, los productos de consumo, el entretenimiento, el trabajo por horas e incluso el trabajo sexual”.

Según Ball, esta nueva era del Internet en tres dimensiones será el paso definitivo para crear nuevas industrias, mercados, recursos y profesiones que todavía no podemos ni imaginar.

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