Síntomas del herpes zóster: causas y tratamiento de la enfermedad

Imagen de archivo de un cuerpo con el herpes zóster.
Imagen de archivo de un cuerpo con el herpes zóster.
FLICKR/ROSMARIE VOEGTLI
Imagen de archivo de un cuerpo con el herpes zóster.

El herpes zóster es una patología infecciosa que puede aparecer en la edad adulta como una reactivación del virus que origina la varicela. Como detallan los especialistas de la Clínica Mayo, se trata de una infección viral que causa una erupción dolorosa y, aunque puede aparecer en cualquier parte, en la mayoría de casos se manifiesta como una sola hilera de ampollas en el lazo izquierdo o derecho del torso.

La enfermedad es causada por el mismo virus que provoca la varicela en la infancia, ya que después de haberla pasado, puede permanecer latente e inactivo en el tejido nervioso, cerca de la médula espinal y el cerebro. Décadas más tarde puede reactivarse por la edad o por tener el sistema inmunológico debilitado.

¿Cómo detectar el herpes zóster?

Aunque no sea una enfermedad que revista mucha gravedad, sí puede ser realmente dolorosa. En este sentido, "las vacunas pueden ayudar a reducir el riesgo de tener herpes zóster y el tratamiento temprano puede ayudar a acortar una infección por herpes zóster y disminuir la posibilidad de complicaciones", añaden. 

¿Y cuáles son los signos de alerta? El herpes zóster puede manifestarse clínicamente a través de estos síntomas:

  • Dolor de cabeza.
  • Dolor de estómago.
  • Cansancio.
  • Dolores musculares.
  • Inflamación de los ganglios.
  • Picazón y enrojecimiento en la zona de las ampollas.
  • Dolor agudo y quemazón.
  • Ampollas o pústulas.
  • Algunas personas pueden experimentar fiebre, sensibilidad a la luz o fatiga.

Así, la complicación más frecuente es la "neuralgia posherpética", que hace que el herpes zóster "duela durante mucho tiempo después de que las ampollas desaparecieron". 

¿Por qué aparece?

En primer lugar, cualquier persona que haya pasado la varicela puede desarrollar esta enfermedad en la edad adulta, ya que el virus se introduce en el sistema nervioso y permanece latente. "Sin embargo, no todas las personas que han tenido varicela desarrollarán herpes zóster".

La razón de su progreso no está clara. Una de las hipótesis es que puede deberse a una menor inmunidad a las infecciones conforme avanza la edad. De hecho, "es más común en adultos mayores y en personas con sistemas inmunitarios debilitados".

Asimismo, una persona con herpes zóster puede transmitir el virus varicela zóster a cualquier persona "que no sea inmune a la varicela". La transmisión se produce "por contacto directo con las llagas abiertas del sarpullido del herpes zóster". 

La frecuencia de presentación de esta enfermedad y su gravedad es mayor en personas inmunodeprimidas como, por ejemplo, aquellas que reciben quimioterapia, radioterapia o que toman medicamentos inmunosupresores. "Se incluyen en este grupo los pacientes afectados de SIDA y los que presentan tumores u otras enfermedades que determinen una situación de inmunosupresión", añaden en la Clínica Universidad de Navarra (CUN).

¿Cómo es el tratamiento?

Según la citada clínica, el herpes zóster es generalmente "un cuadro autolimitado que se resuelve espontáneamente en una o dos semanas". No obstante, en pacientes inmunodeprimidos existe riesgo de "generalización del virus con afectación de otros órganos y peor pronóstico".

Respecto a su tratamiento, se realiza generalmente con fármacos antivirales por vía oral o intravenosa, aunque "no siempre es necesario tratarlo" si se resuelve de manera espontánea y no reviste gravedad. 

"También está indicado el tratamiento con fármacos antivirales en pacientes mayores de 50 años, para disminuir la posibilidad de desarrollar una neuralgia postherpética", añaden en la CUN.

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