Un componente de alimentos comunes como la clara de huevo, los lácteos y la carne roja empeora la depresión

Son ricos en vitaminas y proteínas y además si los comes con moderación, la cena no te resultará pesada. Lo mejor es hacerlos cocidos o en una tortilla, pero hay más opciones, ya que pueden ir también en una ensalada.
Los huevos son un alimento rico en prolina.
Pixabay/stevepb
Son ricos en vitaminas y proteínas y además si los comes con moderación, la cena no te resultará pesada. Lo mejor es hacerlos cocidos o en una tortilla, pero hay más opciones, ya que pueden ir también en una ensalada.

La depresión es un trastorno psiquiátrico muy complejo, en cuyo origen se sabe que están implicados muchos factores de riesgo que confluyen: entre ellos, se encuentran algunos como el sueño, los hábitos de ejercicio físico o la dieta.

Ahondando en la relación entre este último y la patología, un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Girona y la Universidad Pompeu Fabra ha concluido que hay un aminoácido presente en muchos alimentos comunes que, en grandes cantidades, parece aumentar la tendencia a padecer depresión y la gravedad de la misma.

La influencia de la dieta

Así lo publican en la revista científica Cell Metabolism, en la que detallan los métodos que los llevaron a estos resultados. Concretamente, lo que hicieron fue analizar el tipo y las cantidades de aminoácidos en la dieta de una serie de participantes, que además rellenaron un cuestionario diseñado para cuantificar sus sentimientos depresivos.

Posteriormente, además, después analizaron la metabolómica (cantidad de unas sustancias llamadas metabolitos, resultado del procesamiento de alimentos, medicamentos, sustancias químicas o los propios tejidos del cuerpo) de su plasma sanguíneo. 

Igualmente, se realizó un análisis del microbioma intestinal de los sujetos, a fin de poner en relación entre sí los tres factores.

La importancia del microbioma intestinal

La metabolómica del plasma arrojó que la concentración del aminoácido prolina parecía estar claramente relacionada con los indicadores de la depresión. Sin embargo, no todas las personas que seguían dietas ricas en prolina marcaban alto en el cuestionario de la depresión.

Aquí es donde entra en juego el microbioma intestinal de los individuos. Y es que los niveles circulantes de prolina en la sangre están íntimamente relacionados con la composición de la flora intestinal.

De esta manera, explican, el microbioma intestinal de los individuos con un alto consumo de prolina pero un bajo nivel de prolina en sangre era similar al microbioma asociado con indicadores de depresión bajos, y era rico en los genes bacterianos asociados con el transporte y el metabolismo de la prolina.

Esta conclusión se replicó trasplantando el microbioma de los distintos participantes en ratones, que mostraron una tendencia a la depresión cuando recibían los microbiomas asociados con puntuaciones más altas en depresión.

No sólo eso, sino que al proporcionar las bacterias asociadas con niveles plasmáticos de prolina más elevados a otro modelo animal (moscas de la fruta) modificado genéticamente para eliminar los canales por los que la prolina llega al cerebro no se observaba un aumento en la tendencia a desarrollar depresión, en comparación con lo que ocurría en moscas de la fruta no modificadas. Esto parece indicar que los niveles más elevados de prolina específicamente en el cerebro podrían empeorar la depresión.

¿En qué alimentos se encuentra?

La prolina es un aminoácido, lo que significa que es un componente de las proteínas de los seres vivos. Como tal, está presente en muchos alimentos, algunos de ellos muy comunes.

Por ejemplo, es especialmente abundante en diversos alimentos de origen animal, como carnes, huevos, pescados o lácteos. También se encuentra en otros de origen vegetal, como algunas frutas y verduras o en legumbres y cereales.

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