La vitamina D es una vitamina liposoluble necesaria para la correcta absorción de calcio y de fósforo, además de relacionarse con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o del sistema nervioso y cerebral.
Es muy común que muchas personas presenten deficiencia de esta vitamina D, que suele implicar una bajo nivel de los mencionados minerales, que son importantes para la salud ósea y otras funciones, según indican desde la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA).
Así, la vitamina D presenta una gran importancia para el correcto funcionamiento del organismo y, por tanto, se pueden tener en cuenta algunas consideraciones para aumentar sus niveles en caso de tener deficiencia, algo que debe comprobarse con una analítica de sangre.
¿Cómo aumentar los niveles de vitamina D?
Los bajos niveles de vitamina D pueden estar condicionados por la edad, la zona donde se habita o la pigmentación de la piel, aunque en la mayoría de casos se debe a causas alimentarias y se puede solucionar mediante suplementos de esta vitamina.
Concretamente, hay dos formas de conseguir vitamina D: la alimentación y, sobre todo, por la luz solar. Por un lado, esta el ergocalciferol (D2) y, por otro, el colecalciferol (D3). Este último es la forma más activa y se consigue mediante la síntesis de en la piel de de vitamina D tras la exposición solar, por lo que se recomienda la exposición moderada al sol y con una protección adecuada para conseguir los niveles óptimos de vitamina D.
Estos niveles óptimos están entre 30-100 ng/ml, siendo insuficiencia 20-30 ng/ml y deficiencia menos de 20 ng/ml. Cuando se produce una deficiencia de vitamina D, se pueden dar síntomas como cansancio, irritación, bajo estado anímico o sudoración frecuente por la cabeza.
Por otro lado, la alimentación representa entre el 15 o 20% de la forma de conseguir vitamina D. El principal alimento para conseguir los niveles óptimos es el pescado, aunque también se encuentra presente, en menor cantidad, en otros alimentos como los lácteos o los huevos.
Además, cuando una analítica de sangre muestra bajos niveles de esta vitamina, el médico es normal que recete suplementación de vitamina D. Hay dos tipos: de vitamina D2 (que es de origen vegetal? y de vitamina D3 (de origen animal).
Ya sea mediante los alimentos, mediante la exposición solar o mediante suplementación, cuando la vitamina D entra en el organismo, esta pasa por el hígado y se transforma en la forma activa que podrá ir a los diferentes órganos.
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