Cada vez más personas incorporan dátiles en la elaboración de las comidas al ser unos pequeños frutos realmente nutritivos y beneficiosos para la salud del organismo. El dátil es una fruta desecada naturalmente que se puede encontrar en el mercado prácticamente en cualquier estación del año, aunque las datileras comienzan a dar sus frutos en el mes de diciembre.
Como detallan en la Fundación Española de la Nutrición (FEN), los dátiles son fuente de nutrientes y sustancias no nutritivas como "fibra, magnesio, potasio y niacina" y su gran valor nutricional radica en el increíble aporte de energía. Además, su ingesta constituye una excelente fuente de fibra, ideal para regular el tránsito intestinal, favorecer la digestión y mejorar las patologías digestivas.
¿Cuáles son sus beneficios en la salud?
Este fruto también es relevante por su aporte mineral. "Destaca el potasio y el magnesio, los cuales contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso", añade la FEN. ¿Y qué hay de las vitaminas? Los dátiles son una estupenda fuente de niacina, que favorece el correcto funcionamiento del sistema nervioso, al igual que los minerales.
Por otra parte, es una fruta con un elevado contenido calórico y su ingesta se recomienda para aquellas personas que practiquen deporte de forma regular o realicen grandes esfuerzos físicos. Sin embargo, "no es apropiada para personas con sobrepeso y obesidad", explican los expertos en dietética y nutrición del portal Alimmenta.
¿Por qué su consumo puede ser beneficioso para el medioambiente?
El consumo de dátiles es una opción ideal por su aporte nutritivo, pero también porque tienen un papel determinante en el futuro de la alimentación. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) detalla las cinco razones principales por las que los dátiles son un alimento importante para el futuro.
En primer lugar, y como se ha comentado anteriormente, son ricos en "hierro, potasio, calcio y magnesio y son una fuente importante de fibra". Además, al ser dulces suponen una alternativa al consumo de azúcar refinado, realmente perjudicial para la salud.
"Nuestros sistemas alimentarios actuales facilitan cada vez más que las personas elijan opciones más baratas y más rápidas que generalmente tienen un contenido más elevado de grasa, sal, azúcar y calorías", advierte la FAO. En este sentido, la ingesta de dátiles puede suponer una gran alternativa que incluso aguanta varios meses y contribuye a la reducción del desperdicio de alimentos.
En segundo lugar, su cultivo puede resultar más respetuoso con el medioambiente en un contexto marcado por la profunda crisis climática que "aumenta la vulnerabilidad de la producción de alimentos". De esta manera, la FAO insiste en que no se puede depender de un número tan reducido de cultivos para satisfacer las necesidades de toda la población.
El tercer motivo es que los dátiles "forman parte de un vasto patrimonio cultural". De hecho, la datilera se ha cultivado en regiones de Oriente Medio y África del Norte durante más de 5.000 años. "Han proporcionado seguridad alimentaria y nutricional a las poblaciones que viven en el desierto y otras zonas áridas", destaca.
En cuarto lugar, las palmas productoras de este fruto son capaces de tolerar condiciones climatológicas adversas. Los grandes productores de dátiles son Egipto, Irán, Arabia Saudí y Argelia y todos ellos presentan un problema de escasez de agua.
Por último, su producción puede beneficiar a un alto porcentaje de la población y ofrecer nuevos medios de vida, sobre todo en zonas rurales, por lo que podría favorecer el desarrollo económico, social y medioambiental.
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