Todo lo que debes saber para prepararte para una flujometría

Los hombres mayores de 40 años que acuden a la consulta del urólogo por un problema común como son los dolores, dificultades o cambios a la hora de orinar pueden esperar que se les practique una prueba frecuente, que es la flujometría.

En qué consiste la flujometría

Específicamente, la flujometría es una prueba que consiste en medir la cantidad de volumen miccional (es decir, de orina) eliminada por unidad de tiempo. Los resultados se expresan, por tanto, en cm³ o ml por segundo. Conocer este valor es importante para evaluar el estado de la vejiga, las vías urinarias y los músculos urinarios.

Como es fácil imaginar, se trata de un procedimiento de lo más sencillo, en el cual el paciente simplemente tendrá que orinar en un embudo que registra este parámetro. Aún así, sí que hay algunos aspectos que conviene tener en cuenta si el médico nos prescribe este examen.

Particularmente, se suele recomendar tomar abundante agua antes de acudir al médico, de forma que el paciente se asegure de tener ganas de orinar y la prueba sea efectiva, ya que se requiere un volumen mínimo de 150 ml para que el resultado sea válido. Sin embargo, tampoco se deben tomar líquidos en exceso, ya que esto podría provocar una sobredistensión de la vejiga.

Cómo prepararse

Para estar seguros, lo ideal es orinar unas tres horas antes de la cita para la flujometría y luego beber un baso de agua (250 ml) cada 20 o 30 minutos. Así, lo más probable es que al paciente le entren ganas de orinar una vez en la consulta.

Si lo hacemos de esta manera, los resultados obtenidos deberían ser válidos y por ello poder revelar problemas como flujo débil, bajo volumen de orina expulsado, goteo post-micción o retardo al inicio de la micción. Todos estos son síntomas de problemas urinarios frecuentes en hombres de más de 40 años.