¿Tengo cáncer de testículo? Estos son los síntomas a los que debes estar alerta

Cáncer testicular.
Cáncer testicular.
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Cáncer testicular.

Quizás no es la primera forma de cáncer que se nos viene a la cabeza, pero el de testículo es mucho más común de lo que podríamos pensar. De hecho, es el primero en incidencia entre los varones de entre 15 y 35 años, de acuerdo con los datos proporcionados por la Sociedad Española de Oncología Médica.

La razón de que exista menor conciencia sobre esta afección que, por ejemplo, sobre sus homólogos de pulmón, colon o mama puede deberse a que tiene una de las mejores tasas de curación de todos los tumores malignos típicos y a que, fuera de la demografía previamente mencionada, su incidencia es relativamente baja (tan sólo un 1% de todos los cánceres diagnosticados).

Con todo, es vital lograr la detección precoz del cáncer de testículo y someterse a tratamiento, ya que si se le permite avanzar puede terminar diseminándose a otras partes del cuerpo (metástasis) dando lugar a la formación de otros tumores potencialmente fatales. Además, hay que tener en cuenta que los tumores testiculares son neoplasias de rápido crecimiento, por lo que el factor temporal cobra aún mayor importancia.

¿Qué signos me indican que puedo padecerlo?

El síntoma más frecuente es la aparición de un bulto en uno de los testículos, que normalmente no duele. Por ello, es una buena práctica palparlos suavemente con regularidad en busca de este síntoma, y acudir al médico en caso de percibirlo.

Si se presenta dolor, este suele hacerlo de forma progresiva, aunque el proceso puede verse acelerado si hay sangrado o infección.

De la misma manera, también son síntomas comunes el aumento del tamaño del testículo o la sensación de mayor peso en la bolsa escrotal.

Ante cualquier síntoma es importante acudir a un especialista para que pueda realizar una entrevista clínica, una exploración y las pruebas diagnósticas pertinentes (normalmente, una analítica de marcadores testiculares y una tomografía abdominal, pélvica y torácica).

Debemos tener en mente que, especialmente si la hinchazón o el bulto van acompañados de dolor o hemorragia, es posible que nos encontremos ante otro tipo de afección, como alguna infección (epididimitis). En su caso, será el facultativo quien descarte estas posibles causas o, si procede, prescriba un tratamiento adecuado para ellas.

Si, en cambio, el médico confirma que se trata de un cáncer testicular, lo siguiente será determinar en qué estadio se encuentra (es decir, cómo de avanzado está). El desarrollo del cáncer de testículo se divide en cuatro estadios: el estadio 0 (Carcinoma in situ, una lesión tumoral epitelial que en la mayoría de los casos puede eliminarse con un proceso sencillo), el estadio 1 (el cáncer está presente sólo en el testículo), el estadio dos (el tumor se ha extendido también a los ganglios linfáticos del abdomen) y el estadio tres (el tumor se ha extendido a otros órganos).

Tengo un diagnóstico positivo. ¿Cómo será el tratamiento?

Habitualmente, será un oncólogo especializado en este tipo de tumor quien se hará cargo del tratamiento, y éste dependerá en gran medida de la fase en la que se encuentre el cáncer.

El primer paso del tratamiento será la orquiectomía inguinal radical, una cirugía que consiste en extirpar completamente el testículo afectado y sus estructuras asociadas. Se trata de un proceso sencillo y rápido, con una vuelta del paciente al domicilio en un plazo de pocos días, y si el cáncer se encuentra en el estadio uno, en la mayoría de los casos será suficiente para lograr la curación completa. 

La única excepción que se contempla a la extirpación del testículo íntegro es en aquellos pacientes que solo cuenten con uno, ya que en todas las demás situaciones se considera la más apropiada al ser un órgano par y bastar con poseer un testículo para conservar la fertilidad. Si este es el caso, se tratará de extirpar únicamente el tumor, lo que complica notablemente la operación y aumenta el riesgo de que vuelvan a aparecer otros tumores en el testículo.

De cualquier modo, el paciente será sometido a observación durante unos años tras la cirugía, a fin de confirmar que no aparecen otros tumores.

Si el tumor ya se ha extendido a otras partes del cuerpo, a continuación será necesario aplicar otros tratamientos, como cirugías adicionales, radioterapia y quimioterapia.

Tras el tratamiento ¿Cómo será mi vida?

La vida de un paciente de cáncer testicular puede recuperar una casi completa normalidad tras la curación. Por ejemplo, un hombre puede ser perfectamente fértil con un único testículo, y la erección, la eyaculación y la libido no tienen porqué verse afectadas.

De hecho, es posible colocar una prótesis en lugar del testículo extirpado, de función meramente estética, para hacer menos perceptibles las consecuencias del cáncer.

En cualquier caso, sí que es común tomar algunas precauciones, como la medición previa de los niveles hormonales y la conservación de semen. De igual manera, con posterioridad se medirán los niveles hormonales, aunque estos no tienen por qué verse afectados.

Por otra parte, hay que tener en cuenta el impacto psicológico que puede tener el cáncer de testículo para los hombres. La extirpación de un testículo puede resultar traumática y afectar a la autoestima del paciente. Por ello, conviene involucrar a la pareja, si la hay, así como ofrecer apoyo psicoterapéutico cuando sea necesario.

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