La alexitimia, el trastorno que te impide expresar o sentir emociones

estrategias para controlar las emociones
Las personas con alexitimia tienen dificultades para reconocer y expresar emociones
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Habitualmente, las emociones, de uno u otro tipo, empapan todo lo que una persona hace o experimenta. Sin embargo, existe un no tan pequeño grupo de personas que padece un trastorno que les impide sentirlas, reconocerlas o expresarlas. A esta condición se la conoce como alexitimia.

Un trastorno complejo

Lo cierto es que, como entidad diferenciada, la alexitimia es difícil de definir, debido también en parte a la dificultad de comprobarla empíricamente. Con todo, existen cuatro criterios principales que, según estableció el psicólogo Jean-Louis Pedinielli, podrían servir como elementos necesarios para la alexitimia: la incapacidad para expresar emociones, la atrofia de la vida imaginaria, la tendencia a la acción ante el conflicto y la tendencia a describir hechos o síntomas físicos al tratar de hablar de emociones.

Teniendo esto en cuenta, su propio origen es dudoso. Desde algunas áreas del psicoanálisis, se ha propuesto la teoría de que la alexitimia, o al menos en una proporción significativa de casos, no es tanto un problema relacionado con la capacidad de experimentar emociones, sino más bien con la función simbólica: según esta hipótesis, las personas que la padecen no serían incapaces de sentir, sino más bien de entender o conceptualizar, y por tanto de reconocer y expresar.

Por otro lado, se ha buscado una posible génesis neurobiológica. Como sugiere un meta-análisis publicado en el medio especializado MedWave, algunos estudiosos han encontrado diferencias en el desarrollo y la actividad cerebral de las personas diagnosticadas con alexitimia: en algunos casos, denominados primarios, concretamente con una reducción en la conexión entre los dos hemisferios cerebrales y en otros en desarrollos anormales de diversas áreas del hemisferio derecho, posiblemente a consecuencia de traumas (físicos o psicológicos) en la infancia.

Sea como sea, lo que si se ha observado es que las personas con alexitimia tienden a experimentar dificultades a la hora de diferenciar entre emociones y síntomas físicos, lo que las sitúa en un riesgo mayor de experimentar por una parte trastornos de corte psicosomático y, por otra, de desarrollar trastornos psiquiátricos a raíz de padecimientos más puramente fisiológicos.

Más común de lo que podría parecer

Lo que sí que se sabe es que la alexitimia es un trastorno relativamente común. Las estimaciones varían, pero por lo general se sitúan en torno a un 10% de la población, y se cree que afectan con mayor frecuencia a los hombres.

Además, parece ser que este trastorno se encuentra estrechamente relacionado con otros. Por ejemplo, entre las personas que padecen alguna condición psicológica se cree que la alexitimia puede incluso llegar a alcanzar una prevalencia del 30% (lo que lo acercaría a uno de cada tres), estando especialmente presente en pacientes con depresión, ansiedad, esquizofrenia, trastorno por estrés postraumático, trastornos de la conducta alimentaria y otros.

También parece tener un fuerte vínculo con determinados padecimientos físicos, tales como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, el asma, las migrañas o la psoriasis, siendo más frecuente en pacientes con estas patologías que en la media de las personas.

Mención aparte merecen los trastornos del espectro autista, en los que la alexitimia podría estar presenta hasta en un 80% o más de los pacientes.

La vida con alexitimia

La particular naturaleza de la alexitimia implica una importante afectación en la vida cotidiana del paciente y, muy especialmente, en el modo en el que se relaciona con los demás. Con todo, cabe recordar que existen diferentes grados de afectación, con lo que la influencia en el día a día puede ser igualmente variable.

Entre las personas con alexitimia se han destacado características como una escasa capacidad de introspección y de fantasear, una escasa empatía, un aspecto serio, cierto grado de aislamiento social, un carácter especialmente pragmático, pensamiento con escasa capacidad abstractiva, tendencia a ser conformistas y conservadores, establecimiento de vínculos rutinarios, poco apetito sexual o alta reactividad en situaciones de conflicto.

A pesar de ello, es importante tener en cuenta que cada persona es diferente, por lo que estas características no tienen por qué aplicarse todas ni en el mismo grado a las personas con alexitimia.

El tratamiento del trastorno es complejo. En quienes padecen una forma menor, relacionada con otro trastorno, atajar dicha patología puede lograr la remisión de la alexitimia. Determinados enfoques farmacológicos pueden lograr mejorías en pacientes con alexitimia de tipo primario, y aunque no tratan la condición per sé en las de tipo secundario otras clases de fármacos pueden ayudar a paliar algunas de sus consecuencias. Por otra parte, la psicoterapia puede resultar eficaz para personas con alexitimia secundaria, siempre que ellas mismas tengan la voluntad de buscar y someterse al tratamiento.

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