Las enfermedades más habituales del verano y qué hacer en caso de tenerlas

Beber agua con frecuencia es una de las maneras de evitar la cistitis.
Beber agua con frecuencia es una de las maneras de evitar la cistitis.
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Beber agua con frecuencia es una de las maneras de evitar la cistitis.

Algunas enfermedades son más comunes durante el verano, ya que el aumento de las temperaturas y las prácticas al aire libre o el ocio de verano son causas directas de estas afecciones, como pueden ser las quemaduras, las infecciones de orina, las picaduras de insectos o la deshidratación. 

Aunque la mayoría de ellas no son graves para la salud, se debe poner remedio para evitar complicaciones o las molestias que producen. Otras de estas afecciones son más perjudiciales y sí que necesitan ser tratadas por un profesional médico. 

Deshidratación y golpes de calor

La deshidratación no es una enfermedad en sí, pero tiene consecuencias graves sobre la salud. Se da cuando el organismo pierde más líquido del que se ingiere, por lo que la cantidad de agua y otros fluidos necesarios para el correcto funcionamiento del cuerpo no son suficientes.  

La solución a este problema es beber agua y reponer líquidos y sales minerales. Así, esta es la principal recomendación durante el verano, cuando hidratarse se vuelve todavía mucho más importante debido a las altas temperaturas y al calor. 

Además, esas temperaturas altas pueden dar lugar a sufrir un golpe de calor, una emergencia vital que debe tratarse en un hospital, por lo que cuando una persona sufre un golpe de calor requiere ayuda inmediata y se recomienda llamar al 112.

Los síntomas que indican que una persona está sufriendo un golpe de calor pasan por una temperatura corporal anormalmente alta, de unos 40ºC o más, así como otras señales como debilidad, dolor de cabeza, mareo, nauseas, vómitos o frecuencia cardiaca acelerada.

Así, cuando se producen estos síntomas, hay que tratar de bajar rápidamente la temperatura corporal de la persona afectada en lo que llegan los servicios de emergencia. Para ello, hay que colocar a la persona afectada a la sombra, desvestida y tratar de bajar la temperatura con compresas de agua fría o con lo que se tenga a mano, tal y como se indica desde la Campaña de información de Olas de Calor.

También hay otras afecciones que son parecidas al golpe de calor, pero menos graves. Un ejemplo es el agotamiento o estrés por calor, así como la insolación, que se producen también como consecuencia directa de la exposición prolongada a las altas temperaturas.

Cistitis e infección de orina

La cistitis es otra de las afecciones que tienen más presencia durante el verano. Se trata de una enfermedad que consiste en la inflamación de la vejiga y que se da, en la mayoría de casos, por una infección bacteriana, es decir, por una infección de orina, según Mayo Clinic. 

Así, durante el verano, cuando es muy común acudir a piscinas o a la playa y se pasa mucho tiempo con el bikini o bañador mojado, es muy común que se de este tipo de infección urinaria. 

Esta afección es muy común entre mujeres y necesita ser tratada por un profesional para evitar que se den complicaciones, por ejemplo, cuando la infección se extiende a los riñones. Así, lo más habitual, es que el médico recete un antibiótico vía oral, que deben tomarse durante tres días o una semana, según la gravedad de la infección, aunque desde el primer día suele notarse gran mejoría. 

Hongos: pitiriasis versicolor y candidiasis

Los hongos en la piel son otra de las afecciones típicas del verano, sobre todo, porque las altas temperaturas y la humedad son la combinación perfecta para que proliferen. El picor y el enrojecimiento de la piel son dos de las señales más típicas que indican que una persona tiene hongos. 

Una de las enfermedades más comunes es la pitiriasis versicolor, que se caracteriza por la aparición de zonas de la piel con cambios de color de la piel, sobre todo, en la espalda, el pecho y la parte superior de los brazos, que pueden verse más claras o más oscuras de lo normal, así como descamación y picor. Esta se trata con medicamentos antifúngicos vía oral que debe recetar el médico, según MedlinePlus

Por otro lado, también la candidiasis es otra enfermedad producida por hongos que se trata mediante cremas, ungüentos, tabletas vaginales o supositorios por vía vaginal u oral. Se trata de una afección que produce flujo vaginal anormal, picores y ardor en la zona y que se da por la aparición del hongo hongo Candida albicans.

Problemas en la piel: quemaduras, picaduras y alergias

Los problemas de la piel una vez llegan las altas temperaturas también son mucho más visibles. De hecho, tanto las picaduras de los mosquitos y otros insectos, como las alergias al sol y otras sustancias o las quemaduras solares se producen mucho más durante la época estival.

Para tratar las picaduras no suele ser necesaria la visita al médico, ya que existen numerosos productos para calmar el picor que produce. Igualmente, las quemaduras solares, si no son graves, se pueden tratar en casa mediante el uso de cremas after sun o hidratantes. 

Por su parte, las alergias, dependiendo del tipo que sean, deben ser diagnosticadas por un profesional para poner tratamiento y evitar el contacto con la sustancia que provoca la reacción, que puede ser el sol, el polen, las propias picaduras, algunos alimentos... 

Intoxicaciones alimentarias

Con el calor, los alimentos mal conservados tienden a ponerse malos más rápidamente debido a la aparición de microorganismos. Esto puede provocar que, durante el verano, las intoxicaciones alimentarias sean mucho más frecuentes. 

Estas intoxicaciones pueden causar cólicos abdominales, diarrea, fiebre, dolor de cabeza, nauseas, vómitos y debilidad, según MedlinePlus. Normalmente, para tratar esta intoxicación no es necesario acudir al médico, a no ser que la fiebre sea muy alta o no se pueda controlar la diarrea, algo que puede derivar en deshidratación y problemas mayores. Así, se recomienda descansar, beber líquidos poco a poco y llevar dieta blanda.

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