¿Pasar frío enferma? Cómo influyen las bajas temperaturas en que nos acatarremos o cojamos la gripe

  • El frío puede repercutir negativamente en las defensas, pero, por sí solo, no provoca resfriados.
  • Estar en espacios interiores en invierno favorece la propagación de los virus respiratorios.
<p>Una mujer con resfriado, en una imagen de archivo.</p>
Una mujer con resfriado, en una imagen de archivo.
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<p>Una mujer con resfriado, en una imagen de archivo.</p>

Cuántas veces hemos escuchado eso de ‘abrígate, que vas a coger frío y te vas a resfriar’. Y sí, es innegable que durante el otoño y el invierno nos acatarramos más y los casos de gripe se disparan, pero ¿por qué ocurre esto? ¿Podemos resfriarnos solo por el hecho pasar frío? ¿Si nos abrigamos más, no cogeremos la gripe? Cristina Fernández, farmacéutica del Centro de Información del Medicamento (CIM), nos contesta a estas y otras preguntas.

¿Por qué frío e infecciones respiratorias van de la mano?

Frío e infecciones víricas respiratorias van de la mano. De hecho, se utiliza el nombre de ‘resfriado’ precisamente por eso, a pesar de son muchos los virus que pueden ocasionar el típico resfriado común. Los datos, como confirma Cristina Fernández, hablan por sí solos, “si analizamos los datos de vigilancia de la epidemia de gripe durante 2019-2020, la actividad de la gripe se inició en la semana 45 (principios de noviembre) de 2019 y volvió a un nivel basal en la semana 13 (mediados de marzo) de 2020”.

Sin embargo, esta innegable relación no significa que por el hecho de pasar frío tengamos que resfriarnos, pues para resfriarnos tenemos que estar en contacto con uno de los virus que lo provocan. “‘Coger frío’ podríamos considerarlo como la expresión coloquial de someter al cuerpo a una baja temperatura, por ejemplo, cuando no se utilizan suficientes prendas de abrigo, se moja alguna parte del cuerpo con agua fría, ante cambios bruscos de temperatura, entre otros. Pero hay que recordar que, salvo una situación de hipotermia en la que nuestro cuerpo no sería capaz de funcionar correctamente, el frío no nos enferma por sí mismo, sino que son las infecciones víricas o bacterianas las que provocan los síntomas respiratorios”.

Entonces, ¿por qué con el frío cogemos más resfriados y gripes? Los motivos, como apunta Fernández, podrían ser varios:

Debilitamiento del sistema inmune: “Algunos estudios sugieren que el frío puede incidir negativamente en las defensas del organismo. En situaciones de estrés, como sería el caso de bajas temperaturas, el sistema inmunitario se resiente. Así, por ejemplo, se ha observado que se afecta tanto la actividad de las células inmunitarias como la liberación de algunas de las sustancias que median la respuesta inmune”

Vivimos más en interiores: El frío nos ‘invita’ a quedarnos más tiempo en casa y en sitios cerrados y, gracias a la COVID, sabemos mejor que nunca que “la convivencia en interiores poco ventilados favorece la transmisión de enfermedades infecciosas”. Además, los ambientes que se generan en interiores en invierno también favorecen que nos ‘defendamos’ peor de estos virus, “el encendido de las calefacciones y la escasa ventilación generan este tipo de ambientes en los que se resecan las vías respiratorias, dificultando la actividad defensiva de las secreciones. Además, cuando hay humedad, algunos de los virus que se encuentran en el ambiente se adhieren a moléculas de agua dificultándose que puedan permanecer en suspensión y, por tanto, su transmisión”, aclara.

El frío favorece la ‘conservación’ de los virus respiratorios: “Algunos virus, como el de la gripe, son más estables a baja temperatura o, como sería el caso de algunos rinovirus, se reproducen más rápidamente en estas condiciones”, asegura. Además, el virus de la gripe, en concreto, se propaga mediante aerosoles mejor a “bajas temperaturas y en ambientes secos”, que son condiciones típicas de la meteorología invernal.

No es así, en cambio, con el SARS-CoV-2, “se han realizado diversos estudios sobre su propagación en diferentes condiciones climáticas y la OMS ha concluido que las estaciones anuales y, por tanto, la temperatura, no parecen influir en la propagación del virus causante de la COVID 19”.

Abrigarse bien, ¿nos protegerá de los resfriados?

No siempre, pues, aunque es cierto que, si tenemos menos frío nuestras defensas funcionarán mejor, si estamos en interiores, sin pasar frío y en contacto con virus, poco nos protegerá un buen jersey. De hecho, ir demasiado abrigado puede llegar a ser incluso contraproducente, “es necesario abrigarnos para protegernos del frío, pero un exceso de abrigo puede provocar sudoración, lo que se traduce en un cambio brusco de temperatura y, por tanto, resultar perjudicial”, aclara Cristina.

En interiores hay, por tanto, mejores formas de defenderse contra los virus, como “mantener una temperatura confortable en la vivienda o lugar de trabajo -pero sin ser excesiva para evitar los cambios de temperatura-, ventilar espacios, lavarse frecuentemente las manos y vacunarse frente al virus de la gripe, especialmente en el caso de pacientes de riesgo. La elevada concienciación sobre distanciamiento social y uso de mascarilla para evitar la propagación de virus SARS-CoV-2 favorece también la protección frente a otros virus respiratorios”.

Casos en los que el frío sí puede enfermarnos

Aunque el frío por sí mismo no nos provocará un resfriado, sí puede intervenir o empeorar otras patologías, como los problemas cardiovasculares y circulatorios. Empeoran con el frío “debido a la vasoconstricción asociada y al posible aumento de la presión arterial. También se observa empeoramiento de las patologías reumáticas y osteomusculares, en muchos casos por la contracción muscular mantenida en los casos de sensación de frío”, cuenta. Además, indirectamente, también favorece que se produzcan un aumento de lesiones “debido a caídas por placas de hielo en aceras y escaleras”.

En los casos más extremos, “el frío por sí mismo podría provocar hipotermia e incluso congelación”. 

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