Bacterias en el agua: cuáles son las más habituales y qué enfermedades provocan

El agua, ese líquido elemento tan extraordinario y tan beneficioso para nuestro organismo.
El agua, ese líquido elemento tan extraordinario y tan beneficioso para nuestro organismo.
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El agua, ese líquido elemento tan extraordinario y tan beneficioso para nuestro organismo.

Aunque en España las ciudades y los pueblos cuentan con modernos sistemas de tratamientos para el agua ni siquiera estos están totalmente a salvo de los patógenos dañinos. Al igual que en el caso de los alimentos, las bacterias en el agua que bebemos también pueden hacer acto de presencia y ocasionar efectos adversos en nuestra salud.

Los síntomas pueden oscilar entre la gastroenteritis leve, con fiebre, vómitos y diarrea, a casos más graves de disentería, hepatitis o fiebre tifoidea. Además, estas bacterias suelen afectar de manera más dañina a las personas más vulnerables y con las defensas más comprometidas como los ancianos, los niños o las embarazadas.

¿Cuáles son las bacterias que aparecen con mayor frecuencia en el agua y qué grado de peligro tienen para la salud? La consultoría de salud Aconsa recoge en su página web un listado de seis bacterias que se encuentran de forma común en el agua.

Escherichia coli

Conocida comúnmente como E. coli, es una bacteria presente en grandes cantidades en la microbiota intestinal de seres humanos y animales. Sin embargo, en otras partes del cuerpo puede ocasionar náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea, con cuadros clínicos graves, como infecciones del tracto urinario, bacteriemia y meningitis. En el caso de beber agua contaminada con esta bacteria, los síntomas suelen aparecer durante los ocho primeros días desde el consumo.

Las fuentes de transmisión más frecuentes de esta bacteria son las aguas recreativas y el agua potable contaminada. Un ejemplo de ello podría ser que el suministro de agua potable esté contaminado porque se ha filtrado agua de lluvia que contiene excrementos de ganado.

Campylobacter jejuni

Esta bacteria puede causar infecciones que se manifiestan con fiebre, diarrea, calambres y dolor abdominal. En algunas ocasiones puede desembocar en artritis reactiva y meningitis, sobre todo en niños. El periodo de incubación de la infección suele ser de entre dos y cuatro días.

Suele encontrarse principalmente en los entornos que frecuentan los animales por lo que el agua es una fuente importante de transmisión, algo que depende en gran medida de las precipitaciones, la temperatura del agua y la presencia de aves acuáticas.

Shigella

La contaminación por esta bacteria puede causar cuadros clínicos de enfermedades intestinales, incluyendo la disentería bacilar. Los síntomas habituales al principio de la shigelosis son calambres abdominales, fiebre y diarrea acuosa y su periodo de incubación es de entre dos y tres días.

La mayor fuente de transmisión de esta bacteria son las aguas contaminadas por vía fecal-oral: su presencia en el agua potable suele indicar contaminación fecal humana reciente.

Salmonella

Los síntomas más habituales tras la contaminación con esta bacteria son escalofríos, fiebre, dolor de cabeza, diarrea y dolor. Pueden manifestarse en gastroenteritis, bacteriemia o septicemia, fiebre tifoidea/fiebre entérica (poco común en Europa) y estado de portador en personas con infecciones previas y siempre entre uno y tres días después de consumir los alimentos o el agua contaminados.

Normalmente la salmonella se transmite al agua a través de la contaminación fecal de las descargas de aguas residuales, el ganado y los animales salvajes.

Legionella pneumophila

Como explican desde Aconsa la Legionella pneumophila puede causar infecciones bacterianas leves como la fiebre de Pontiac o graves conocidas como enfermedad del legionario, una enfermedad neumónica que puede llegar a ser mortal. Algunos síntomas de la infección por legionarios son fiebre, dificultad para respirar, tos y dolores musculares.

Las especies de Legionella no se transmiten, sino que son miembros de la microbiota natural de muchos ambientes de agua dulce, como ríos y embalses, donde se encuentran en cantidades relativamente bajas. Sin embargo, prosperan en ciertos entornos acuáticos creados por los humanos, como los dispositivos de enfriamiento de agua (torres de enfriamiento y condensadores evaporativos) asociados con el aire, pero también sistemas de distribución de agua caliente y spas que proporcionen temperaturas (25–50° C) y condiciones adecuadas para su proliferación. 

En el caso del agua la transmisión es puntual, pero por su prevalencia debe considerarse siempre la posibilidad de su entrada en los sistemas de agua potable. Ahora bien, lo más habitual es inhalar aerosoles que contienen la bacteria.

Pseudomonas aeruginosa

Esta bacteria puede causar muchos tipos de infecciones, pero en contadas ocasiones causa enfermedades graves en personas sin factores de riesgo, como pacientes con fibrosis quística o inmunodeprimidos. Sus manifestaciones leves incluyen la foliculitis y las infecciones del oído relacionadas con el agua, tras estar expuestos a ambientes cálidos y húmedos como piscinas y spas.

La P. aeruginosa es un microorganismo ambiental común y se puede encontrar en las heces, el suelo y el agua, especialmente en las aguas residuales. Como la Legionella puede multiplicarse en ambientes acuáticos y también en la superficie de ciertos materiales orgánicos en contacto con el agua como lavabos, duchas y piscinas de spa. La ingestión de agua de bebida no es una fuente importante de infección pero puede asociarse con modificación de su sabor, olor y turbidez.

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