Así es la melioidosis, una infección potencialmente mortal endémica del sudeste asiático

Un trabajador se protege de la lluvia, con una especie de concha hecho de cañas de bambú, en un arrozal de Nepal.
Un campo de arroz.
NARENDRA SHRESTHA / EFE
Un trabajador se protege de la lluvia, con una especie de concha hecho de cañas de bambú, en un arrozal de Nepal.

Cuando viajamos a otras zonas del mundo, debemos tener presente que las enfermedades endémicas pueden ser distintas a las que encontramos en nuestro lugar de origen, por lo que puede ser necesario tomar alguna precaución adicional. Así, por ejemplo, el sudeste asiático y el norte de Australia son los principales epicentros de una peligrosa infección, la melioidosis.

¿Qué es la melioidosis?

La melioidosis es una enfermedad infecciosa provocada por la bacteria Burkholderia pseudomallei, de tipo Gram negativo y que habita en el suelo y en aguas superficiales. Es especialmente típica de los campos de arroz, aunque no es el único lugar en el que se la puede encontrar ni infecta únicamente a quienes se adentran en ellos.

La bacteria ingresa al cuerpo a través de heridas que entran en contacto con agua infectada o con el suelo, por inhalación o ingesta de aguas contaminadas, pero no se transmite de persona a persona ni por zoonosis (entre distintas especies animales).

Puede afectar a cualquier persona, aunque es especialmente frecuente en aquellas que ya tienen algún compromiso inmunológico previo (como diabetes, alcoholismo, fibrosis quística, insuficiencia renal crónica, litiasis renal, talasemia, cáncer, tomar medicamentos inmunosupresores, enfermedades cardíacas o tuberculosis. Tiene una mortalidad inferior al 10%, pero en ocasiones puede producir cuadros muy graves o incluso letales.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los signos de la melioidosis pueden ser muy variados y similares a los de otras patologías, lo que puede dificultar notablemente el diagnóstico.

Por ejemplo, cuando se presenta como una infección pulmonar aguda, varía desde un cuadro leve a una neumonía necrosante agresiva, con manifestaciones como anorexia, cefaleas, dolor torácico, mialgia generalizada, fiebre, tos, taquipnea, esputo con sangre y lesiones nodulares en los pulmones.

Por el contrario, en forma de infección septicémica aguda, la más letal, la sintomatología consiste en la de un shock séptico con compromiso multisistémico: desorientación, disnea, cefalea, faringitis, cólicos abdominales, diarrea, lesiones pustulares, fiebre elevada, hipotensión, y meningitis.

Por último, puede presentarse como una infección supurada localizada en cualquier parte del cuerpo, normalmente como un absceso y en la zona de inoculación.

¿Cómo se trata?

En los casos asintomáticos (que, de todas formas, suelen pasar desapercibidos) no es necesario ningún tratamiento.

Por contra, las infecciones sintomáticas se tratan mediante antibióticos, como es común en las patologías de origen bacteriano. Específicamente, la melioidosis responde bien a la ceftacidima, el imipenem, el meropedem, la piperacilina, la trimetoprima, el sulfametoxazol y la doxicilina.

En los casos graves, como neumonías o septicemias, esta línea se complemente con las actuaciones de alivio sintomático y de soporte vital que sean necesarias según las circunstancias del paciente concreto.

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