¿Qué es el síndrome de la vida ocupada? Motivos que lo alimentan y pueden ayudarnos a identificarlo

  • Quienes lo sufren desean más tiempo para descansar de sus muchas ocupaciones y responsabilidades, y cuando obtienen ese tiempo lo utilizan para llenarlo con más ocupaciones y actividades.
  • Los expertos explican que algunas personas experimentan la inactividad como algo desagradable porque puede hacer aflorar pensamientos o sensaciones con los que no se sienten cómodas.
Los expertos indican que el síndrome de la vida ocupada debe entenderse como un estilo de vida y nunca como una enfermedad.
Los expertos indican que el síndrome de la vida ocupada debe entenderse como un estilo de vida y nunca como una enfermedad.
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Los expertos indican que el síndrome de la vida ocupada debe entenderse como un estilo de vida y nunca como una enfermedad.

Gracias a los trabajos realizados por el CPS Research de Glasgow hace ya algunos años que habla del ‘síndrome de la vida ocupada’, una expresión que no hizo más que poner nombre y apellidos a las sensaciones que algunas personas experimentan a causa de la vida acelerada y exigente que llevamos en la actualidad.

Los expertos explican que aunque quienes lo sufren desean más tiempo para descansar de sus muchas ocupaciones, actividades y responsabilidades, cuando obtienen ese tiempo lo utilizan para llenarlo con más ocupaciones y actividades que harán que vuelvan a desear más tiempo para descansar de ellas.

 Lo que lo convierte en una especie de 'síndrome en bucle'. También insisten en que este síndrome debe entenderse como un estilo de vida y nunca como una enfermedad, ya que no se corresponde con una etiqueta diagnóstica oficial ni con un trastorno mental.

Sin embargo, los creadores de la expresión 'síndrome de la vida ocupada' hacen hincapié en las consecuencias que esta hiperestimulación y actividad excesiva pueden acarrear a la memoria, ya que provocan olvidos, despistes y falta de concentración. “Si atendemos a varios estímulos a la vez la atención que podemos poner en cada uno de ellos es más superficial que si los atendiéramos de uno en uno durante el tiempo suficiente”, dicen desde la plataforma online de apoyo psicológico ifeel.

Pero, ¿dónde tiene su origen este síndrome? Los especialistas aseguran que el síndrome de la vida ocupa se percibe con la consecuencia directa de vivir en un entorno altamente demandante al que, por diferentes motivos, no conseguimos poner límite. “Esto nos lleva a tener la sensación de estar en un entorno altamente estresante ante el que poco podemos hacer por lo que no nos planteamos poner límites y así nos mantenemos en una rueda constante”.

Rafael San Román, psicólogo de esta plataforma, asegura además que los responsables de recursos humanos prestan cada vez más atención a fenómenos de este tipo, conscientes de sus implicaciones respecto a la prevención de riesgos psicosociales en las empresas. “Multitarea, estrés, falta de atención, sobrecarga, son aspectos que afectan seriamente al rendimiento laboral, la motivación y el clima laboral, y pueden dar lugar -entre otros factores- a cuadros de burnout en ciertos trabajadores especialmente vulnerables”. Definiéndose como burnout laboral o ‘síndrome del quemado’ como un estado de agotamiento físico, emocional y mental que está vinculado con el ámbito laboral, el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida del empleado.

¿Cuáles son los motivos para sobresaturarnos de actividades? Los psicólogos explican que utilizamos estas actividades como un medio para sentirnos suficientemente estimulados: “Estar ocupados es estresante pero también gratificante, ahuyenta el aburrimiento, aporta sensación de actividad, vitalidad y eficacia. Muchas personas encuentran en su trabajo, en sus hobbies y en su vida social, un mecanismo para sentir que son eficaces y que sus vidas son útiles al estar llenas de cosas y actividades. Les da un sentido”.

Sin embargo, advierten que aunque proteger nuestra autoestima, autoconcepto y autoimagen es imprescindible “vincular esa protección únicamente a lo que ocurre fuera de nosotros y a nuestra actividad no es del todo saludable, sino algo que tarde o temprano puede acabar volviéndose en nuestra contra”.

También señalan que el síndrome de la vida ocupada puede entenderse como un mecanismo de defensa ante diferentes circunstancias de nuestra vida: “Como una estrategia para afrontar esas circunstancias y adaptarnos a ellas, aunque tenga un alto coste a nivel de bienestar psicológico. La soledad física, el silencio, la inactividad... pueden resultar muy amenazantes para nuestro equilibrio psicológico, especialmente cuando no nos hemos familiarizado con esas situaciones”.

Según los especialistas muchas personas experimentan esta inactividad como algo desagradable “ya que cuando los “ruidos” exteriores se detienen, afloran pensamientos, conflictos o sensaciones con los que no estamos del todo cómodos y nos surge la necesidad de huir de ellos”. 

Mantenerse intensamente ocupados es, según indican, muy útil para no tener que conectar con asuntos de la vida que nos desagradan o que requieren de un esfuerzo emocional extra. Serían algo así como un mecanismo para regular nuestro malestar psicológico que siempre es saludable “a no ser que los llevemos al extremo y acabemos extenuados o desconectados de nosotros mismos y no siempre haciendo diana en el verdadero motivo de nuestro malestar”.

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