El proyecto de las guarderías de Finlandia que mejora la salud de los niños: crear sus propios bosques

Jugar en el bosque tiene muchos beneficios para la salud de los niños
Jugar en el bosque tiene muchos beneficios para la salud de los niños
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Jugar en el bosque tiene muchos beneficios para la salud de los niños

Las vivencias de la infancia tienen efectos muy profundos en la salud tanto física como mental a largo plazo, determinantes hasta la edad adulta. Por ello, la ciencia no deja de buscar estrategias que puedan actuar en este momento y producir efectos beneficiosos duraderos.

A esto se orienta un experimento llevado a cabo en las guarderías de Finlandia, que crearon pequeños bosques artificiales en los que se desarrollaron actividades con los niños escolarizados en ellas, incluyendo el cuidado de pequeños cultivos y plantas.

Beneficios del bosque en el sistema inmune

Uno de los efectos más destacados que esto tuve fue una mejora significativa en el sistema inmune de los pequeños, en comparación con el de otros niños que jugaban en instalaciones más estándar con suelos de pavimento o gravilla.

Tal y como reflejan los resultados, publicados en la revista Science Advances, los niños que habían jugado en los bosques mostraban una diversidad de microbios en la piel y en el intestino mayor y más sana. Esto se relacionó, a su vez, con una mejora en determinados marcadores inmunitarios como la concentración de linfocitos T.

Por ejemplo, los niños que jugaban en estos bosques mostraban mayores poblaciones en la piel de un microorganismo llamado gammaproteobacteria, que parece aumentar la defensa inmune de la piel y la sangre.

Estos rasgos son similares a los que se han observado en niños que viven en ambientes rurales, con exposición frecuente a espacios verdes.

Además, este cambio no necesita de mucho tiempo para aparecer, sino que ya era observable 28 días después de que el niño comenzase a jugar en el bosque artificial de la guardería.

La importancia de los microbios del ambiente

La idea detrás de la experiencia no es nueva, y parece verse confirmada por los resultados del experimento. Concretamente, hay muchos motivos para pensar que los cambios en los microbios ambientales a los que se ve expuesto un niño influyen de manera decisiva en su propio microbioma.

De hecho, varios científicos plantean que la pérdida de contacto con espacios verdes podría estar detrás del aumento reciente en la incidencia de muchas enfermedades relacionadas con el sistema inmune.

Esto ocurriría porque la falta de exposición temprana impediría a nuestro sistema inmune desarrollar herramientas para combatir a otros microorganismos que sí son patógenos; en cierto modo, le impediría 'aprender' de su entorno.

Para sostener esto, el estudio comparó la bioversidad microbiana de los ambientes en los que jugaban los niños participantes en el experimento, encontrando que efectivamente era mayor en los espacios verdes.

Otros beneficios de los espacios verdes

Aunque los resultados de este experimento aún tienen que ser fortalecidos con otras experiencias a mayor escala, ya se conocen muchos otros beneficios de la exposición a espacios naturales a edades tempranas.

Por ejemplo, una investigación publicada en el British Journal of Ophthalmology concluyó que el juego en espacios verdes ayuda a prevenir distintos problemas de la vista. 

De modo similar, otro estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health concluyó que este tipo de actividades conllevan mejoras a largo plazo en la salud mental de los pequeños e, incluso, otro trabajo publicado en Environmental Health Perspectives sugiere que la exposición de por vida a la naturaleza podría provocar una serie de cambios estructurales beneficiosos en el cerebro.

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