Operación de fimosis: en qué consiste y qué edad es la más adecuada para realizarla

Dos médicos en un quirófano.
Dos médicos en un quirófano.
Vidal Balielo Jr. de Pexels.
Dos médicos en un quirófano.

La fimosis es una condición en la que el prepucio es demasiado estrecho como para retraerse por completo, con lo que no es posible exponer completamente el glande (o es posible pero causa molestias significativas).

Se trata de un problema relativamente frecuente en los varones y normalmente es congénito (es decir, de nacimiento). Debido a que puede causar ciertas complicaciones (como infecciones en los genitales por la dificultad que supone para su limpieza) y molestias durante las relaciones sexuales, siempre es conveniente realizar un procedimiento quirúrgico para solucionarla, llamado circuncisión.

La edad ideal

La circuncisión, por tanto, no es otra cosa que el corte y la extirpación del prepucio, de manera que el glande queda expuesto permanentemente. Aunque tiene ciertos inconvenientes (los riesgos asociados a cualquier procedimiento quirúrgico y una cierta desensibilización del pene, razones por las que no se aconseja realizar la operación si no es por motivos médicos y en algunos países incluso se ha prohibido la circuncisión ritual), en aquellas personas para las que esté indicada médicamente los beneficios compensan con creces.

Al margen de que ciertas culturas tienen como tradición circuncidar a todos los varones al nacer (es prescriptivo en el judaísmo y el islam, y muy común en ciertos países protestantes como Estados Unidos), lo cierto es que el criterio para decidir a qué edad debe realizarse por motivos médicos ha ido variando con el tiempo.

Tradicionalmente, se ha estimado que realizarlo lo más tempranamente posible es más cómodo para el niño, teniendo en cuenta que el límite mínimo de edad para la anestesia general (necesaria en el procedimiento) está entre los 3 y los 4 meses de edad.

Actualmente, no obstante, se considera que hasta los 3 años muchos casos de fimosis tienden a solucionarse por sí solos, con lo que se recomienda esperar hasta esta edad para operar al niño, si no hay alguna razón excepcional para hacerlo antes.

Incluso, como puso de manifiesto Natalio Cruz, coordinador nacional del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología (AEU) en una entrevista concedida a Europa Press, muchos expertos recomiendan retrasarla hasta los ocho años de edad siempre que no haya infecciones u otras molestias significativas, lo que permite sustituir la anestesia general por anestesia local y probar el tratamiento con cremas a base de corticoides, lo que a veces resuelve el problema.

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