¿Cuál es el valor normal de linfocitos en los niños?

Los linfocitos son un tipo de célula presente de forma natural en la sangre que cumple funciones fundamentales en la defensa del cuerpo ante amenazas como las enfermedades infecciosas, ya que forman parte del sistema inmunitario.

Se producen en la médula ósea, por lo que es importante vigilar sus niveles ya que cuando son anormales pueden apuntar a diversos problemas en esta parte del cuerpo o, más ampliamente, en el sistema inmunitario.

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¿Cuáles son los niveles adecuados?

Los linfocitos forman parte de los leucocitos, por lo que sus valores se pueden leer tanto en términos absolutos como en un porcentaje de estos últimos. En el primer caso, expresados en x10⁹/L (litro), los recuentos normales están entre los 2,0 y los 7,3 para recién nacidos y hasta los 6 meses de edad; 4,0 hasta 10,5 con un año; entre 2,0 y 8,0 con cuatro años; 1,5 y 6,8 con ocho años; 1,5 y 6,5 con 10 años y entre 1,0 y 4,8 para los adultos.

En el segundo caso, debería encontrarse entre el 20 y el 40%.

¿Qué significa si el valor es más alto o más bajo?

Las anomalías en este parámetro deben investigarse para encontrar una posible causa subyacente, ya que existen varios motivos que pueden inclinar los números en uno y otro sentido.

Si el recuento es más alto (linfocitosis), normalmente se debe a una infección reciente. En este caso, es temporal y no es dañino. Pero en instancias más raras puede ocurrir como resultado de enfermedades más graves, como cánceres en la sangre, infecciones crónicas o trastornos autoinmunes. Por ejemplo, pueden causar linfocitosis la leucemia linfocítica aguda, la leucemia linfocítica crónica, la citomegalovirosis, la hepatitis A, la hepatitis B, la hepatitis C, el VIH, el hipotiroidismo, el linfoma, la mononucleosis, la tuberculosis, la tos ferina y la sífilis.

Si por el contrario es más bajo (linfocitopenia), puede ser síntoma de desnutrición calórico-proteica, de SIDA, problemas inmunitarios hereditarios, linfomas, enfermedades autoinmunes, artritis reumatoide, miastenia o enteropatía.

Sea como sea, y aunque es útil entender los distintos valores del hemograma para orientarnos hacia posibles patologías que podemos estar sufriendo nosotros o los niños, hay que recordar que el significado real es complejo y debe ser evaluado en todo caso por un médico que prescribirá las pruebas complementarias correspondientes y, en su caso, el tratamiento que proceda.