Cinco consejos que ayudan a gestionar el duelo por la muerte de un ser querido

Mujer llorando.
Mujer llorando.
Pixabay.
Mujer llorando.

Forma parte de la vida, sin embargo, para la mayoría de las personas la muerte de un ser querido es un trance muy duro de asumir y gestionar en en el que se atraviesan, además, varias etapas en una especie de montaña rusa donde afloran todo tipo de sentimientos.

Según Andrea Doreste psicóloga de MGC Mutua, "una situación como esta se caracteriza por un período inicial de aturdimiento, de incredulidad, en que no acabamos de asimilar que nuestro ser querido ya no está porque ha fallecido tras una grave enfermedad o un accidente o cualquier otra situación, lo que da paso a una serie de sentimientos donde se mezclan tristeza, rabia, añoranza y desesperanza, en la que prevalece, en muchas ocasiones, una sensación de impotencia". 

Y añade, "hay personas capaces de gestionar bien la pena, pero la inmensa mayoría se aísla, se retrae y tiende peligrosamente a caer en un estado depresivo grave”.

La especialista aborda las distintas fases por las que atraviesan los familiares ante el duelo de un ser querido, que van desde la negación “en la que se produce un rechazo a la situación de modo que negamos el suceso y evitamos encarar la realidad”, pasando por la cólera ante la cruda realidad que se muestra tozuda y se impone, provocando la ira ante la situación acaecida, así como llegar a la tristeza en la que de nuevo se impone la realidad, hasta llegar a la aceptación “fase en que comprendemos finalmente lo irreversible del suceso y que nos hace levantar la vista y seguir hacia adelante”.

Pero, ¿cómo ayudarnos a nosotros mismos para gestionar de la mejor manera posible este proceso duelo inevitable? La psicóloga ofrece una serie de consejos que pueden ayudar a cualquier persona que esté pasando por esta dura situación:

- Aceptar lo ocurrido: “Despedirse como uno se sienta más cómodo hará que nuestra mente acepte lo que acaba de suceder y ahí se empieza a construir la nueva realidad. Superar el duelo no significa olvidar, sino convivir con ese recuerdo a través del bienestar. Está ahí, y lo más sensato es aceptarlo, por mucho que cueste, pues la mente acaba por soportar la nueva realidad”.

- Apoyarse en familia y amigos y hablar de los sentimientos propios: “Nos ayudará a sentirnos acompañados emocionalmente. Hablar de los sentimientos propios supondrá siempre una forma de aliviar la situación. Es importante hacerles partícipes de lo que piensas y sientes, resultando ser una ayuda impagable”.

- No encerrarse en uno mismo: “Ya que si no nos rodeamos de gente cercana se puede convertir en un duelo patológico”.

- Recordar los buenos momentos pasados: “Otro aspecto fundamental es recordar los buenos momentos pasados con ese ser querido, tratando de borrar los malos recuerdos producidos cuando falleció, especialmente por el shock que produce una muerte inesperada”.

- Acudir a un especialista cuando sea necesario: “Un profesional nos puede ayudar a planificar los próximos pasos y entender el tiempo que necesitamos para cada fase, ya que a veces resulta abrumador los primeros días”.

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