Así es la epicondilitis, una lesión recurrente en el codo de los tenistas

En París se están citando los mejores tenistas del momento por el prestigioso y centenario torneo Roland Garros, uno de los acontecimientos más esperados del año y el torneo más importante de tierra batida.

Una vez se ha alcanzado la fase final de este campeonato, cabe destacar que, tras una pandemia sobrevenida por la crisis sanitaria por COVID-19 y sumada a la apretada agenda deportiva y a la alta exigencia a la que están sometidos los deportistas de raqueta, están aumentando las lesiones.

Estas afecciones no solo atañen a los deportistas de alto nivel, por lo que es necesario incidir en las lesiones que afectan a los codos de los tenistas en jugadores amateur.

Esta afección provoca dolor en la parte externa del codo

La epicondilitis, también llamada como codo de tenista, es una de las lesiones más preocupantes y recurrentes de estos deportistas. Se trata de una lesión que provoca dolor en la parte externa del codo al realizar movimientos repetitivos de extensión de muñeca y supinación del antebrazo, según el Jefe Asociado de Cirugía Reconstructiva de Miembro Superior de la Fundación Jiménez Díaz, Antonio María Foruria.

Al usar repetitivamente estos músculos, se producen microlesiones en el tendón que pueden derivar en esta afección. Es importante cuidar tus músculos ante esta lesión, puesto que si se originan cambios inflamatorios en los procesos agudos puede llegar a convertirse en crónica. En estos casos, el deportista sufrirá tendinosis, esto es, un proceso degenerativo de las fibras que conforman al tendón.

Sentir dolor al realizar un movimiento de revés es uno de los síntomas de esta lesión

Para localizar a tiempo esta lesión, hay algunos síntomas característicos, como dolor e impotencia funcional al extender la muñeca y hacer supinación de antebrazo, dolor en la parte externa del codo, dolor al palpar la zona del epicóndilo, dolor con algunos movimientos fáciles cotidianos o al realizar movimientos de revés en deportes de raqueta y dolores que no remiten ni en reposo, con antiinflamatorios o con frío local.

Consejos para tratar esta lesión

En la mayoría de los casos, el dolor originado por epicondilitis desaparece con el paso del tiempo. No obstante, aunque existe poca evidencia de que los tratamientos usuales puedan acortar este tiempo, sí que pueden ayudar a controlar la intensidad de estos síntomas.

Según el doctor Fururia, para controlar el dolor de esta lesión existen cuatro pilares básicos. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de los tendones del codo consisten en la realización de ejercicios para estirar los tendones extensores y flexores del codo y en realizar movimientos para fortalecer los músculos y tendones de forma controlada.

Es importante utilizar bandas de epicondilitis para una óptima recuperación de codo de tenista. Se trata de cinchas que rodean el antebrazo y que tienen un cojín o elevación para presionar la musculatura extensora. Al aplicarlas en el sitio correcto, parte de la tensión muscular se disipa en el lugar de la aplicación, lo que descarga el tendón enfermo.

Usar una correcta postura a la hora de cargar peso es fundamental para rebajar el nivel del dolor

Una correcta postura a la hora de hacer ejercicio es fundamental, por tanto, la modificación de la actividad y medidas posturales hará que evitemos dolor y minimicemos los síntomas. Es especialmente útil cargar pesos desde abajo con las palmas hacia arriba, con el propósito de usar los músculos flexores sanos del antebrazo y evitar los extensores enfermos.

Por último, la fisioterapia es fundamental para ayudarnos a disminuir el dolor. Bajo el tratamiento dirigido por fisioterapeutas experimentados, conseguiremos reducir el dolor y el impacto de la lesión de manera exponencial.

Tratamiento quirúrgico

En casos en los que la lesión esté avanzada y el deportista corra el riesgo de sufrir tendinosis, la cirugía puede ser una opción. Asimismo, en los casos que son resistentes a todos los tratamientos más conservadores aplicados durante un tiempo prolongado.

Si el paciente sufre un dolor que interfiera de forma aguda en su día a día tras, al menos, seis meses, la intervención supone poder recuperar su vida y deshacerse de un dolor incapacitante para las tareas cotidianas, estima el Jefe Asociado de Cirugía Reconstructiva de Miembro Superior de la Fundación Jiménez Díaz.

Existen dos modalidades diferentes tratamiento quirúrgico, mediante cirugía abierta y mediante cirugía artroscópica. En el primer caso, puede tratarse con una incisión de unos cuatro centímetros sobre la zona dolorida a través de la cual se elimina el tejido tendinoso enfermo.

Ninguna de las dos cirugías requiere que el paciente ingrese en el hospital

Cuando la epicondilitis aislada está asociada a enfermedades del interior de la articulación del codo, se puede tratar con cirugía artroscópica. En estos casos, se realiza mediante la utilización de una cámara de cuatro milímetros de diámetro y pequeños instrumentos eléctricos y monitorizados introducidos por incisiones en la piel de menos de un centímetro de longitud. Esta técnica posibilita eliminar el tejido enfermo de la epicondilitis y diagnosticar y tratar otros problemas del interior de la articulación del codo.

En ambos casos, esta cirugía no precisa de ingreso hospitalario. Se suele realizar con anestesia local en el brazo y tiene una duración comprendida entre 20 y 25 minutos, eficaz en el 95% de los casos, eliminando al completo el dolor en el 80% y siendo un alivio prácticamente total en un 15% adicional.