Consultorio de Psicología: "Se aproxima la Navidad, lo que para todos es alegría para mí es un auténtico suplicio"

La navidad provoca en algunas personas tristeza.
La navidad provoca en algunas personas tristeza.
20minutos
La navidad provoca en algunas personas tristeza.

Ya puedes leer aquí la nueva entrega del consultorio de Psicología con el que 20minutos pretende ayudar a resolver las dudas y dificultades que puedan tener los lectores (con los amigos, la pareja, la familia, en el trabajo...).

Para plantear tu problema escribe un correo electrónico a consultoriopsicologia@20minutos.es. Aquí tienes las respuestas que ha dado a las cuestiones de esta semana nuestra experta, Mª Jesús Álava Reyes.

Se arranca el pelo por los exámenes

PREGUNTA No sé cómo ayudar a mi hija con los estudios. Está en primero de carrera (Derecho) y se pone muy nerviosa ante los exámenes, se tira del pelo, se lo arranca, se come las uñas constantemente.

Lo pasa fatal y yo también, pero curiosamente en bachillerato no le pasaba. No me explico por qué, no sé si habrá algo de fondo. Cuando la pregunto ella lo atribuye solo a los exámenes. ¿Cómo puedo indagar?, ¿cómo puedo ayudarla? Gracias por sus consejos. La leo cada semana.

RESPUESTA DE LA EXPERTA Está claro que su hija está desbordada en estos momentos y los signos de ansiedad son muy intensos (onicofagia: morderse las uñas, tricotilomanía: arrancarse el pelo…) En estos momentos, cuanto más pregunte a su hija, es posible que se sienta aún más agobiada.

El cambio del bachiller a la universidad para ella ha sido muy significativo y si las primeras experiencias en los exámenes no han sido positivas, está desarrollando una serie de miedos que hacen que se sienta muy insegura y que baje su rendimiento intelectual.

En la situación que nos describe, la mejor forma de ayudar a su hija es proporcionarle ayuda psicológica profesional. La buena noticia es que en estos casos, la terapia psicológica es muy eficaz, y como su hija no lleva demasiado tiempo con la ansiedad, en pocas sesiones lo habitual es que consiga superar sus inseguridades y controlar sus reacciones fisiológicas.

No lo dude, cuanto antes pueda empezar una terapia, antes conseguirá superar esta situación.

Transmito tristeza

PREGUNTA Se aproximan las navidades y lo paso fatal. Me ocurre todos los años y no logro superarlo. Fue en estas fechas cuando perdí a mi madre hace ya 15 años (yo tengo 50) y lo que para todos es alegría para mí supone un auténtico suplicio.

Lo malo es que se lo transmito a mis dos hijos y a mi marido. Es cíclico. No encuentro mecanismos para superarlo, para superar esta tristeza. Luego mejoro según pasan las fechas y así hasta el año siguiente.

RESPUESTA DE LA EXPERTA Su situación es muy conocida para los profesionales de la psicología. Son fechas difíciles, unidas a recuerdos claves de nuestra vida. En su caso además, coincide que fue en esas fechas cuando perdió a su madre; por eso es tan importante que diferencie la tristeza de la melancolía.

Voy a tratar de exponer con detalle el proceso que está pasando usted y cómo poder afrontarlo. La tristeza puede llevar a la desesperanza. En estos casos, cuando perdemos la esperanza la tristeza se apodera de nuestras emociones y nos dificulta en extremo la salida. Si no tienes esperanza, no luchas por salir de esa tristeza.

Pero cuando la tristeza se convierte en añoranza de algo o de alguien, adquiere la forma de melancolía. Muchas personas pasan de la tristeza a la melancolía o viceversa. No es fácil que nos abandone la melancolía, pues con frecuencia la recreamos y la actualizamos cada vez que pensamos en la persona que causa de nuestra melancolía.

En el fondo, melancolía significa falta de aceptación del presente, añoranza de algo que ya no tenemos y resistencia a aceptar nuestra realidad.

Cuidado, porque la melancolía, puede llevar a una tristeza y una bajada de ánimo tan profundo que puede desembocar en depresión.

Qué hacer para superar la tristeza: intentar animarnos | Ser nuestros mejores amigos, y eso significa que podemos tener, siempre, una gran compañía | No machacarnos, no regañarnos constantemente. no traer a nuestra mente aquello que nos pone triste | Perdonarnos y perdonar | Llenarnos de actividades, a ser posible agradables (terapia ocupacional) | Recordemos que el ejercicio es el antidepresivo natural: hacer ejercicio | Buscar cosas que nos ilusionen | Obligarnos a quedar con amigos y personas que nos transmitan positividad, alegría.

En defintiva, recuperar la esperanza, Termino con dos reflexiones sobre la tristeza: Cuando necesites llorar, cuando te sientas triste y cuando la desolación y el desánimo te invadan, abrázate. Abrázate siempre que necesites sentir calor, afecto, cercanía y esperanza. Abrázate cuando te sientas vulnerable y llénate de tu mejor compañía y de todo tu amor.

La tristeza puede ser contagiosa, pero su mejor antídoto es la ilusión. Busca siempre una ilusión que te anime, te estimule y alegre tu corazón.

No me aceptan como soy

PREGUNTA Soy tímida, detesto las discusiones y los conflictos, a mi hermana y su familia les gusta más debatir, me dice que me acostumbre a enfrentarme, a mandar a la gente a paseo.

Y yo no soy así. Tengo casi 61 años y ella es mayor (3 años). Me da la impresión de que no me aceptan como soy a estas alturas. En ideas políticas y religiosas tampoco pensamos igual y también hay faltas de respeto. ¡Ya no puedo más! En mi familia hace tiempo que me siento fuera de lugar, que no encuentro mi sitio y estoy muy triste.

RESPUESTA DE LA EXPERTA Nadie tiene derecho a imponer sus criterios, ni a pretender que la gente piense, reaccione y opine como les gustaría.

Por mucho que sea su familia, no tolere nunca sus faltas de respeto; eso es inadmisible. Son muchos los casos que vemos en la consulta de personas que tienen situaciones parecidas, y lo que hacemos es trabajar de forma intensa sus habilidades de comunicación; especialmente su asertividad.

Seguramente la mayoría hemos oído que tenemos que ser personas asertivas, pero quizás no tengamos muy claro qué significa este concepto. Ser asertivos significa ser autoafirmativos; es decir, ser capaces de expresar lo que queremos, lo que sentimos, sin herir a los demás.

Asertividad, entre otras cosas, significa seguridad. La persona asertiva es una persona segura, equilibrada y madura, con capacidad de autoafirmación personal que expresa directamente sus propios sentimientos, sus deseos, sus derechos legítimos u opiniones; sin amenazar o castigar, y sin violar los derechos de los demás.

La persona auténticamente asertiva es la que sabe escuchar, la que sabe transmitir lo que piensa, lo que desea; la que sabe respetar los sentimientos y opiniones de la otra persona y la que, en el transcurso de una comunicación interpersonal, sabe crear un ambiente de cordialidad y confianza.

Conseguir un comportamiento asertivo es una de las mejores metas que podemos plantearnos. Es una auténtica maravilla saber decir lo que queremos expresar en el momento adecuado; comunicarlo de tal forma que al otro no le quede ninguna duda sobre lo que está escuchando; transmitirlo con tal habilidad y tacto que normalmente no levantemos suspicacias ni sentimientos negativos en los demás y, encima, hacerlo sin manipulaciones ni tiranías; respetando profundamente los derechos de los otros.

Muchas personas son “espontáneamente” asertivas; otras, por el contrario, están llenas de dudas, de ansiedad, de inseguridad… y se sienten incapaces de expresar sus opiniones, sus sentimientos… Estas personas, desde el punto de vista de salud, están en continuo peligro; se sienten permanentemente insatisfechas y condicionadas.

En los cursos de formación ensayamos una y otra vez las conductas asertivas hasta que se automatizan; es decir, hasta que pasan a formar parte del repertorio habitual de las personas.

Damos mucha importancia al desarrollo de esta conducta, porque constituye un eje esencial en el logro del autocontrol, del equilibrio, de la seguridad y estabilidad emocional que buscamos.

Principales características de las personas asertivas:

Expresan sus deseos o sentimientos, tanto positivos como negativos, con claridad | Repiten su deseo tantas veces como sea preciso | Dicen “no” cuando desean, sin poner excusas | No mienten | Nunca discuten | Aceptan críticas | Comprenden la postura del otro | Llegan a acuerdos, negocian; ofrecen alternativas | Piden información | Dan información | Hacen confidencias personales.

En otro extremo estarían las personas agresivas, que machacan, que no saben respetar al otro y actúan de forma tan injusta como irracional. ¿Qué principios o mecanismos nos harán sentirnos y mostrarnos asertivos?

Hay un fundamento crucial que define y potencia la asertividad, y no es otro que: confiar en nosotros. Confiar en que nuestras opiniones y valoraciones son tan válidas como las que puedan tener otras personas.

Nuestra confianza en nosotros mismos hará que mantengamos nuestras creencias, incluso aunque sean diferentes a las que sostiene la mayoría.

Pero… ¿cómo lo conseguimos?:

-Sintiéndonos bien con nosotros mismos. Repitiéndonos una y otra vez que tenemos derecho a decidir, a escoger, a pensar de forma propia, a mostrarnos cómo somos…; siempre y cuando mantengamos un exquisito respeto a la postura y a las opiniones de los demás.

-Mostrándonos seguros sobre nuestra capacidad de decisión y de elección. Tenemos derecho a elegir lo que queremos hacer.

-Transmitiendo firmeza y convicción. Mantendremos nuestro criterio a pesar de condicionantes o presiones externas.

-Manifestando respeto hacia las opiniones de los demás. Por ello, tampoco intentaremos imponer las nuestras.

- Tendremos claro el objetivo. Conoceremos exactamente lo que queremos. Para ello nos ayudará la capacidad de observación y de análisis que hemos desarrollado; así como los registros que ya hemos visto en este capítulo.

Si realizamos esos registros de conducta, fácilmente identificaremos las situaciones más determinantes; así como los pensamientos y sentimientos que nos producen.

Sabremos elegir el momento adecuado. A veces no es sencillo, y hay situaciones en las que parece que nunca va a llegar. Pero siempre hay un momento más adecuado que otros. De nuevo los registros nos ayudarán; en este caso haremos hincapié en transcribir la conducta de los demás.

Con práctica automatizaremos el mecanismo; es decir, en cualquier situación, según vayan hablando y comportándose los demás, nuestra mente será capaz de ir realizando ese análisis de forma simultánea, en “tiempo real”, y esto nos permitirá actuar en esos instantes, sin demoras ni vacilaciones.

Mantendremos el control emocional. Sin duda, habrá muchas características de las expuestas que aún no formen parte de nuestra conducta habitual; pero ello, lejos de suponer un golpe importante a nuestra autoestima o seguridad personal, constituirá una gran ayuda, pues nos indicará de forma clara y precisa las metas que aún debemos conseguir.

Todos tenemos una serie de automatismos y costumbres que configuran nuestra forma de ser y actuar; pero por muy arraigados que estén, no debemos pensar que son inamovibles. Igual que podemos aprender a no interrumpir a los demás mientras hablan; de la misma forma podemos conseguir no entrar en controversia o crispación.

En este sentido, recordemos que: Las discusiones sólo sirven para aumentar la crispación o el malestar de algunas personas; pero ni favorecen la comprensión ni son el mejor cauce para defender nuestras opiniones o derechos.

Si aún quiere profundizar más en cómo conseguir la asertividad que tanto precisa, en el libro 'Emociones que hieren' lo detallo. En definitiva, usted tiene derecho a tener su forma de ser y a que nadie intente cambiarla.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento