Cómo convivir con una piel cuidada, evitando su maltrato y desgaste

La exposición al sol sin protección provoca el reducimiento de la calidad de la piel y aumenta el riesgo de padecer cáncer, por lo que es muy importante usar crema protectora.
Los productos de limpieza agresivos contribuyen al deterioro de la piel.
Pixabay/AdoreBeautyNZ
La exposición al sol sin protección provoca el reducimiento de la calidad de la piel y aumenta el riesgo de padecer cáncer, por lo que es muy importante usar crema protectora.

La superficie de la piel es uno de los pocos órganos en contacto directo con el medio ambiente, lo que la vuelve especialmente vulnerable. Somos extremadamente frágiles y hemos desarrollado una barrera que facilita información sobre lo que nos circunda y permite eliminar las sustancias de desecho. Por tanto, para proteger eficazmente los órganos internos sufre un enorme desgaste.

El 70% del envejecimiento de la piel viene producido por el exterior, lo que técnicamente llamamos exposoma. La radiación solar, los productos químicos, las pequeñas infecciones que pueden pasar desapercibidas, y los productos de limpieza agresivos, contribuyen a su deterioro. 

El exposoma produce un tipo de óxido que envenena la piel de manera lenta y es responsable desde las arrugas al cáncer de piel, en un cuadro devastador que se llama estrés oxidativo. Como complemento, el estrés emocional, al que la piel es muy reactiva, aumenta también el deterioro de la piel.

Al menos, hoy sabemos a qué debemos enfrentarnos, tenemos armas para detener la oxidación y, por tanto, el estrés oxidativo. Ciertas plantas impiden y revierten esta oxidación, con genuinas propiedades procedentes de la cuenca mediterránea: el romero, la cáscara de los cítricos, los arándanos, o el tomate y su licopeno.

Dentro de productos mas específicos, las vitaminas C, D y E, potentes protectores del envejecimiento de nuestras células y que también revierten el daño en los tejidos, está la más moderna incorporación: el Fullereno.

Esta sustancia natural está compuesta de átomos de Carbono que resulta 250 veces mas potente que la vitamina C, cuyo descubrimiento mereció el Premio Nobel para su descubridor. No solo es capaz de proteger a las células sino de conseguir que el daño en éstas retroceda, rejuveneciendo nuestra piel.

Por supuesto, todas estas eficaces sustancias cuya acción roza la magia, tienen que combinarse con acciones tan sencillas pero eficaces como protegernos del sol con fotoprotectores.

También hay que tener en cuenta el uso de productos suaves de limpieza que no eliminen el manto protector (aguas de tocador como el Agua de Rosas o el Agua de Manzanilla) y el cuidado cotidiano de la piel con una rutina adaptada sus necesidades. Y así, conviviremos con una piel feliz.

Jerónimo Ors, Farmacéutico y Director de Laboratorios Paquita Ors.

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