Cinco pistas que te dicen que estás ante una amistad tóxica

Una amistad tóxica nunca da, pero siempre quiere recibir.
Una amistad tóxica nunca da, pero siempre quiere recibir.
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Una amistad tóxica nunca da, pero siempre quiere recibir.

El día 20 de julio se celebra el Día del Amigo en Argentina, Brasil y Uruguay. Se trata de una fecha muy especial, ya que como bien dice la frase "quien tiene un amigo, tiene un tesoro". Pero ¿qué ocurre cuándo la amistad hace daño? Tal vez, estés ante una amistad tóxica que conviene identificar cuanto antes.

1. Acude a ti solo cuando lo necesita

Es posible que tengas alguna amistad que solo aparece cuando necesita algo de ti. Seguro que lo siguiente te resulta familiar: "Hola, ¿qué tal estás? Mira, quería pedirte un favor". Como puedes darte cuenta, ese "qué tal" no significa que a la otra persona le interese cómo estás. Esto, en realidad, le importa poco.

Cuando esto ocurre a menudo, es normal que la amistad se deteriore, ya que puedes llegar a sentirte utilizado. Lo adecuado es que le comuniques a la otra persona cómo te estás sintiendo. Puede que lo entienda, puede que se enfade, pero si la situación persiste, no lo dudes. Estás ante una amistad tóxica.

2. Tú das, pero jamás recibes

Como bien dice la psicóloga Silvia Congost, si solo una persona da en una relación, al final, terminará agotada. Pues en una amistad también ambas partes deben dar y recibir lo más igualitariamente posible. ¿Solamente tú le dices de quedar a esa persona que consideras tu amiga? Pues ten cuidado.

En el caso de que se olvide, en numerosas ocasiones, de decirte cuánto está libre de quedar (cuando lo habéis dejado claro) o si siempre eres tú quién se comunica con esa persona, no dudes en decírselo. Comunícaselo y, después, observa qué ocurre. Si la situación sigue igual, quizás debas alejarte.

3. Eres su contenedor de basura

Hay personas que puede que te utilicen como si fueras un contenedor de basura. Tan solo se ponen en contacto contigo o quieren quedar cuando tienen que hablar mal de alguien, quejarse de lo mal que lo están pasando o desahogarse. Vamos... que van a tirar su basura en ti.  ¡Cuidado!

Si hay alguna amistad con la que no hay espacio para el quedar por quedar, para pasarlo bien, para hablar de lo positivo, debes prestar atención. Es posible que te esté utilizando para tirar sus bolsas de basura y eso te terminará desgastando, entristeciéndote y haciéndote daño. No deberías permitirlo.

4. Compite contigo

La competitividad no es necesariamente negativa, pero cuando una amistad compite contigo, te habla de malas maneras cuando haces algo mejor que ella o da muestras de envidiar que todo te vaya mejor, ten precaución. Quizás, esa amistad te convenga menos de lo que piensas. 

Una amistad que no sea tóxica jamás se va a molestar si a ti te van bien las cosas, es más, ¡se alegrará! Así que si sucede algo de lo anterior o incluso alardea de ciertas circunstancias que le están ocurriendo para generar envidia en ti (aunque esto no suceda) abre bien los ojos. Está compitiendo contigo.

5. Se victimiza

De nuevo, Silvia Congost nos vuelve a explicar que "una víctima es aquel que siempre se queja de todo, que siente que todo lo malo que le pasa es culpa o a causa de los demás". Sin embargo, aunque las circunstancias dependan de sus elecciones y sea responsable de lo que le suceda, nunca lo asume.

Esto es muy tóxico, pues este tipo de personas nunca asumen su parte de culpa. De hecho, no son conscientes de que todo lo que eligen determina su vida y puede que lleguen a envidiar tu situación, de ahí la competitividad antes mencionada. Precaución con esto, te permite identificar a una amistad tóxica.

Aunque hemos mencionado que lo fundamental es siempre comunicar lo que estás sintiendo y, después, observar lo que sucede, en muchas ocasiones una amistad tóxica no tiene otra salida que la ruptura. Esto es doloroso y difícil, aunque quizás lo peor de todo es el deterioro mental y físico.

El artículo Relaciones humanas de calidad como contexto de salud y libertad menciona exactamente esto. La toxicidad provoca estrés, tristeza, desánimo y esto termina repercutiendo en tu salud. Identificarla y no permitirla es fundamental, así como recordarlo en este Día del Amigo que hoy celebramos.

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