Dr. Carlos Camps Jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital General de Valencia; catedrático de Oncología y director de Programas Científicos de la Fundación ECO
OPINIÓN

Atajando el cáncer de pulmón

Ya sabemos que el tabaco es malo siempre, pero después de comer podría ser incluso peor. Y es que investigaciones recientes han mostrado que podría provocar una mayor acidez en la digestión.
Imagen de archivo de un cigarrillo.
Pixabay/Tumisu
Ya sabemos que el tabaco es malo siempre, pero después de comer podría ser incluso peor. Y es que investigaciones recientes han mostrado que podría provocar una mayor acidez en la digestión.

No decimos ninguna novedad si manifestamos que el tabaquismo es una de las mayores pandemias de nuestros días. Una realidad preocupante a nivel de salud pública, pues no hay que dejar de subrayar que el consumo de tabaco es el principal factor de riesgo de cáncer de pulmón. Es cierto que gases como el radón o la contaminación ambiental pueden influir en algunos casos, pero no debemos perder el foco.

Aproximadamente, entre el 85% y el 90% de los pacientes de cáncer de pulmón fallecerán al año del diagnóstico. En los últimos años, además, se está produciendo un preocupante incremento de la incidencia en mujeres, por su progresiva incorporación al tabaquismo, pero también por motivos que en este momento desconocemos. Por ello, se necesitan más estudios que incluyan la perspectiva de género en sus planteamientos. Entre las previsiones está que el cáncer de pulmón lidere la mortalidad femenina dentro de una generación.

No obstante, y frente al empeoramiento de las previsiones, se están consiguiendo prolongaciones de supervivencia reseñables mediante tratamientos dirigidos a alteraciones moleculares. También se están diseñando fármacos adaptados a las resistencias que van a surgir entre el segundo y el tercer año de tratamiento.

En el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Pulmón, es prioritario apostar por el diagnóstico precoz

Por otro lado, la llegada de la inmunoterapia, que estimula las defensas naturales del cuerpo para combatir el cáncer, ha dado esperanza a aquellos pacientes sin dianas moleculares a las que dirigir los tratamientos. La tasa de supervivencia de este subgrupo se sitúa hoy entre el 20% y el 25%. Pueden parecer cifras modestas, pero esta cifra se acercaba a cero hace apenas cinco años.

Los beneficios de la inmunoterapia se están ampliando desde los pacientes con tumores metastásicos a aquellos que se encuentran en estadios iniciales. Determinados tratamientos preoperatorios de quimioterapia e inmunoterapia impulsan resultados que se podrían catalogar de curaciones, porque el tumor desaparece. Hay todavía poco seguimiento de estos tratamientos, pero no hay duda de que los resultados son muy esperanzadores.

También se están produciendo avances en los estadios iniciales de tumores pequeños, un subgrupo dentro del cual entre el 20% y el 25% de los pacientes recaen y fallecen. Ya tenemos largos supervivientes, pacientes sin enfermedad que ya no reciben tratamiento, gracias a tratamientos complementarios a la cirugía o con inmunoterapia dirigida a sus mutaciones.

Como herramientas de contención, y en el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Pulmón, es prioritario apostar por el diagnóstico precoz mediante los cribados a los pacientes de alto riesgo, como los grandes fumadores. Si, junto con la imagen radiológica, pudiésemos realizar screenings para confirmar los aspectos biológico-moleculares del tumor, la supervivencia de los pacientes se vería muy beneficiada.

Sin embargo, hay una medida preventiva en la que todos los oncólogos coincidimos por su eficacia total en cáncer de pulmón: dejar de fumar.

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