El aviso de un epidemiólogo tras contagiarse con mascarilla el Día del Libro: "Es el principio de la séptima ola"

El epidemiólogo catalán Oriol Mitjà, asesor en materia de coronavirus del gobierno autonómico de Cataluña, anunció esta semana a través de su cuenta en Twitter que ha dado positivo en Covid-19.

Pero más allá del contagio en sí mismo, Mitjà quiso poner el acento en las circunstancias en las que se produjo. "Iba con la FFP2 pero el coronavirus está desbocado y me encontró firmando libros por Sant Jordi", dijo.

"Es el principio de la séptima ola, con un incremento de la incidencia, ingresos hospitalarios y muertes", añadió el experto, que pidió a las autoridades sanitarias catalanas "reintroducir las pruebas, los aislamientos, las mascarillas y la ventilación".

"La población ha ido perdiendo inmunidad y además han llegado variantes más transmisibles como la BA.2 o la XE. El 1 de abril se desguaza el sistema de pruebas y aislamientos, por lo que un positivo puede ir al trabajo e incluso al hospital donde contagiará a personas vulnerables", dijo.

"Entre el 15-25 de abril la gente comienza a tener más interacciones por vacaciones, festividades, gimnasios, cines, discotecas, etc. El 20 de abril además se retiran las mascarillas que es una medida que protegía al individuo de la infección, y también reducía la incidencia poblacional", prosigue el inmunólogo.

El sistema centinela resulta insuficiente para realizar estimaciones sobre la incidencia. Vamos a ciegas

"Con el aumento de la incidencia, los vulnerables están más expuestos a las infecciones, pudiendo acabar teniendo complicaciones", prosiguió Mitjá en un tuit posterior.

"Y además el sistema centinela (con solo el testaje de 400 muestras semanales) resulta insuficiente para realizar estimaciones sobre la incidencia. Vamos a ciegas", insistió el médico.

"El Secretario General de la OMS ha regañado hoy a los Estados miembros: 'Este virus no va a desaparecer sólo para que los países dejen de buscarlo. Todavía está extendiéndose, todavía está cambiando y todavía está matando. Cuando se trata de un virus mortal, ignorarlo NO nos hará más felices…", concluyó Mitjà.