Una epidemióloga salva la vida de su marido moribundo con un virus que ataca a una superbacteria resistente a antibióticos

Patterson y Strathdee.
Patterson y Strathdee.
PATTERSON & STRATHDEE / THE PERFECT PREDATOR
Patterson y Strathdee.

Los científicos llegan años advirtiendo de la siniestra amenaza que las superbacterias representan, y de la necesidad cada vez más imperiosa de buscar armas alternativas a los antibióticos. Pocos casos ilustran este mensaje mejor que el de la epidemióloga estadounidense Steffanie Strathdee y su marido, Tom Patterson.

Un caso desesperado

Tal y como narra el canal estadounidense CNN, en febrero de 2016, Patterson estaba gravemente enfermo. Había contraído una severa infección por una superbacteria (concretamente Acinetobacter baumannii) meses atrás, durante un viaje a Egipto, y no respondía adecuadamente al tratamiento con ningún antibiótico.

A la desesperada, Strathdee decidió recurrir a una idea cuanto menos poco convencional en Occidente, pero ya investigada y puesta en marcha en algunos estados ex-soviéticos. La epidemióloga optó por emplear bacteriófagos, virus que afectan a las bacterias (pero que, sin embargo, son completamente inofensivos para el ser humano) para combatir la infección.

Srathdee se puso entonces en contacto con científicos que trabajaban con estos virus, entre ellos el bioquímico Ryland Young, de la Universidad de Texas A&M, y les pidió que buscaran un virus de esta naturaleza que fuera específicamente adecuado para la bacteria que asediaba a su marido.

El éxito de los virus

Como es lógico, uno no puede inyectar un virus a un paciente convaleciente así como así. En condiciones normales, los tratamientos deben pasar por un estricto proceso que puede llevar años para recibir la aprobación del organismo regulador, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Alternativamente, existe la figura del 'uso compasivo', que permite probar tratamientos experimentales en casos muy desesperados, siempre que se den una serie de condiciones.

La epidemióloga tuvo que recurrir a esta última, al tiempo que varios de los equipos contactados por ella iban desarrollando sus primeros cócteles víricos aparentemente eficaces. Una vez que tuvo el visto bueno de la institución, los médicos comenzaron a inyectar los virus en los abscesos de Patterson y en su torrente sanguíneo. A los pocos días, salió del coma en el que estaba sumido. Se había convertido en el primer hombre tratado exitosamente con bacteriófagos en los Estados Unidos.

Un legado

La experiencia inspiró profundamente a Strathdee y Patterson, que publicaron sus memorias en el libro The Perfect Predator: A Scientist's Race to Save Her Husband From a Deadly Superbug. Igualmente, la pareja inauguró el Centro de Innovación de Aplicación de Bacteriófagos y Terapias (IPATH, por sus siglas en inglés), dedicado al tratamiento e investigación frente a las infecciones resistentes a múltiples medicamentos.

Además, el caso se publicó como reporte en el medio especializado Antimicrobial Agents and Chemothyerapy, sirviendo de base para nuevas investigaciones sobre la materia en países de todo el mundo.

Referencias

Sandee LaMotte. Ningún antibiótico funcionó, así que esta mujer recurrió a un enemigo natural de las bacterias para salvar la vida de su marido. CNN (2022). Consultado online en https://cnnespanol.cnn.com/2022/07/08/ningun-antibiotico-funciono-asi-que-esta-mujer-recurrio-a-un-enemigo-natural-de-las-bacterias-para-salvar-la-vida-de-su-marido/ el 17 de julio de 2022.

Robert T. Schooley, Biswajit Biswas, Jason J. Gill, Adriana Hernandez-Morales, Jacob Lancaster, Lauren Lessor et al. Development and Use of Personalized Bacteriophage-Based Therapeutic Cocktails To Treat a Pantient with a Disseminated Resistant Acinetobacter baumannii Infection. Antimicrobial Agents and Chemotherapy (2017), Vol.61, Núm 10. DOI: https://doi.org/10.1128/AAC.00954-17

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