El futuro esperanzador de los tratamientos contra el lupus tras desvelarse la causa genética de la enfermedad

Lupus eritematoso
Lupus eritematoso
GEORGE HENRY / WIKIMEDIA COMMONS
Lupus eritematoso

Desde que hace unos días numerosos medios se hiciesen eco de que un equipo con participación española ha descubierto que una única mutación puntual en el gen TLR7 es la causante del lupus, muchas son las puertas que se abren a futuros tratamientos para esta enfermedad autoinmune crónica que provoca la inflamación de órganos y articulaciones, causa fatiga, afecta al movimiento y la piel y que en nuestro país padecen unas 75.000 personas.

En la actualidad, los tratamientos pasan por el uso de analgésicos, antiinflamatorios, antipalúdicos, corticoides e inmunodepresores, que se utilizan en las manifestaciones más graves, con la afectación del riñón o del cerebro en aquellos pacientes que no toleran los corticoides. Sin embargo, en ambos casos, los efectos secundarios más frecuentes son el aumento del riesgo de infecciones y la disminución de las células de defensa al actuar ambos sobre el sistema inmunitario para aliviar los síntomas.

¿Por qué es tan importante y esperanzadora esta noticia? Según indica en su web la Asociación Lupus Madrid AMELyA, aunque la relación del gen TLR7 y el lupus ya se conocía desde hace tiempo, la investigación realizada por el Centro de Inmunología Personalizada de la Universidad Nacional de Australia y publicada en la revista especializada Nature reporta el primer caso en humanos donde queda probado que las variaciones de este gen son la causa del lupus. 

Para ello los científicos realizaron la secuenciación del genoma completo del ADN de una adolescente española llamada Gabriela, a la que se le diagnosticó lupus grave cuando tenía tan solo siete años.

 Con el objetivo de confirmar que la mutación causa el lupus, los científicos utilizaron la tecnología de edición genética CRISPR Cas9 para introducirla en ratones. Estos roedores desarrollaron la enfermedad y mostraron síntomas similares, lo que demostró que la mutación del TLR7 era la causa.

“En el caso de esta niña, al ser el TLR7 el único gen mutado, ha quedado clara la relación. El descubrimiento de este caso particular ha permitido los estudios en ratones para comprender mejor cómo las variaciones en el gen TLR7 podrían ser una de las explicaciones del lupus. Sin embargo, la investigación lleva su tiempo y tiene sus procesos, por lo que hay que tener prudencia, a la vez que nos alegramos por cualquier avance en investigación. Sin duda, este descubrimiento traerá consigo más buenas noticias para las que aún tendremos que esperar”, afirman desde Lupus Madrid.

Según explicaba hace unos días la doctora española Carola Vinuesa, autora principal del trabajo, “sigue siendo un gran reto encontrar tratamientos eficaces para el lupus, y los inmunosupresores que se utilizan actualmente pueden tener efectos secundarios graves y dejar a los pacientes más susceptibles a las infecciones”. De hecho en los últimos 60 años, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE UU solo ha aprobado un nuevo tratamiento.

La científica subraya que “esta es la primera vez que se demuestra que una mutación del TLR7 causa lupus, lo cual proporciona una clara evidencia de que se trata de una de las formas en la que puede surgir esta enfermedad”.

Por su parte, Nan Shen, codirector del CACPI, añadía: “Aunque es posible que solo un pequeño número de personas con lupus tenga variantes en el propio TLR7, sabemos que muchos pacientes presentan signos de hiperactividad en la vía del TLR7. Al confirmar una relación causal entre la mutación del gen y la enfermedad, podemos empezar a buscar tratamientos más eficaces”.

Pero si ya se conocía la relación entre el TLR7 y el lupus, ¿por qué esa noticia se convierte ahora en algo tan importante y esperanzador? La propia Asociación Lupus Madrid se ha puesto en contacto con la doctora Galindo, quien señala que la noticia cobra tanta importancia “porque afianza la demostración de que la activación de los TLR, y en concreto TLR7, tiene una implicación directa en la patogenia de la enfermedad”.

De cara a sus efectos inmediatos en la comunidad científica, Galindo señala a Lupus Madrid que: “El mejor conocimiento de las vías patogénicas implicadas en el desarrollo de las enfermedades autoinmunes ayuda a comprender el porqué de determinadas manifestaciones de la enfermedad, de su comportamiento y abre un espacio de investigación muy necesario para el diseño de nuevas estrategias terapéuticas”.

Secundariamente, además, también abre vías de investigación en otras moléculas directamente relacionadas con TLR7 y presentes en otras enfermedades autoinmunes de las que se piensa que la patogenia es similar a la del lupus. Este sería el caso de la artritis reumatoide y la dermatomiositis.

Pero obviamente, quienes saldrán más beneficiados serán los pacientes. La doctora Galindo explica en esta conversación con Lupus Madrid que “el mejor conocimiento de la enfermedad va a redundar en un mejor control de la misma y en la posibilidad de nuevos tratamientos, tan necesarios en una enfermedad como el lupus”.

Galindo también incide en que aunque se ha demostrado la implicación de los genes en la manifestación del lupus, a día de hoy hacer test genéticos a todos los pacientes no tiene demasiado sentido ya que en la inmensa mayoría de los casos es lupus es una enfermedad poligénica: “Esto significa que no va ligado a la alteración de un solo gen, sino a múltiples pequeñas variaciones génicas que, aisladamente igual no tienen mucha relevancia, pero en conjunto hacen que una persona sea especialmente susceptible a desarrollar una enfermedad autoinmune. Y que, además, pueden estar sujetos a variaciones epigenéticas. Por tanto, no se justifica hacer este tipo de estudios a todos los pacientes. Solo en determinados casos de sospecha de lupus monogénico, por agrupación familiar, por comportamiento clínico anómalo, o por fines de investigación, tiene indicación realizar este tipo de estudios”.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento