Vergüenza: ¿Cómo puede perjudicarnos esta emoción? ¿Tiene un lado positivo?

  • Si interfiere de forma recurrente en nuestras actividades diarias puede condicionar nuestra vida y provocar sufrimiento, estrés y cuadros de ansiedad.
  • La vergüenza es una herramienta protectora en el sentido de que preserva a la persona de exponerse ante los demás, algo a considerar en una sociedad cada vez más exhibicionista en redes sociales.
La vergüenza es una emoción social que está directamente relacionada con lo que piensan los demás de nosotros.
La vergüenza es una emoción social que está directamente relacionada con lo que piensan los demás de nosotros.
UNSPLASH / TABITHA TURNER
La vergüenza es una emoción social que está directamente relacionada con lo que piensan los demás de nosotros.

Vergüenza, timidez, bochorno, retraimiento, pudor, sofoco, decoro... Hay muchas maneras para referirnos a esta emoción social que está directamente relacionada con lo que piensan (o creemos que piensan) los demás de nosotros. Quien más y quien menos la ha sentido en sus carnes alguna vez. Pasar vergüenza de forma esporádica no reviste mayor problema, pero si llega a interferir de forma recurrente en nuestras actividades diarias puede condicionar nuestra vida y provocar sufrimiento, estrés y cuadros de ansiedad.

Pero, ¿qué es exactamente la vergüenza? El prestigioso psicólogo canadiense Albert Bandura, reconocido por su trabajo sobre la teoría del aprendizaje social y su evolución al sociocognitivismo, ha señalado que esta emoción puede ser la respuesta de un proceso de autorregulación de la personalidad que se produce en tres pasos. El primero sería la observación de uno mismo, el momento en el que contemplamos nuestro comportamiento. A continuación llegaría el juicio o lo que es lo mismo, cuando comparamos nuestro comportamiento con el de los demás y con los estándares que consideramos correctos por los demás.

Y por último, estaría la autorrespuesta al juicio que hemos hecho, que puede ser positiva o negativa. Si consideramos que nuestro comportamiento está en los estándares nos sentiremos bien con nosotros mismos pero si pensamos que nuestro comportamiento o acción es peor que el estándar es cuando surge la vergüenza. Es normal buscar la aprobación y la estima de quienes nos rodean y cuando consideramos que no lo hemos conseguido esto nos crea inseguridad.

La siguiente pregunta sería, ¿qué tiene de negativo la vergüenza? Ya hemos visto que la vergüenza es una emoción totalmente normal y frecuente. Sin embargo, cuando esta se instala de forma habitual en nuestra vida, nos desborda e interfiere todo tipo de actividades o en las relaciones sociales puede llegar a convertirse en algo muy limitador para la persona.

Por un lado, porque provoca que la persona se infravalore al compararse constantemente con los demás. Y si uno se valora de forma negativa porque siente vergüenza considerará que es imperfecto, que tiene defectos o que es peor comparado con el resto de la sociedad.

A su vez, si la vergüenza se apodera de uno y la persona considera que no aporta nada a los demás, esto provocará que se aísle de la sociedad porque tiene miedo a mostrarse al resto tal y como es. Limitará sus relaciones sociales al creer que no sabe cómo enfrentarse a ellas o cómo gestionarlas.

Por extensión, esto conlleva que la persona se esconda también de ella misma y se envíe una serie de mensajes negativos: ‘se van a reír de mí’, ‘no valgo para nada’, ‘lo que opino no le importa a nadie’... La autoestima y la seguridad en uno mismo están en peligro.

 Además, si una persona vive obsesionada por lo que piensen los demás de ella corre el riesgo de que esto se convierta en un bucle que limita su vida y puede provocarle serios episodios de ansiedad, estrés y depresión.

¿Tiene algo de positivo la vergüenza?

A pesar de sus lados negativos, la vergüenza también puede tener sus ventajas según señalan los expertos. Las personas vergonzosas, en oposición a las extrovertidas, suelen tener mayor capacidad de escucha, reflexión, modestia, amabilidad, sensibilidad o lealtad. Lo explicamos.

Por un lado, los vergonzosos no se mueven por impulsos y suelen analizar mucho las situaciones antes de actuar, por lo tanto actúan con mayor cautela, son comedios y muy prudentes. Son también personas que se sienten más cómodas escuchando que hablando y reflexionan mucho antes de expresar lo que quieren decir.

Son personas leales porque cuando realizan una conexión emocional con alguien, lo hacen con mayor conciencia y convicción ya que les cuesta más dar el paso de abrirse a alguien, se esfuerzan por mantener esa relación y que sea de calidad.

Al pasar mucho tiempo con ellos mismos suelen tener mayor capacidad de autoconocimiento. Tienen un mundo interior rico y disfrutan con actividades individuales como la lectura o la escritura.

La vergüenza también puede convertirse en una herramienta protectora en el sentido de que preserva a la persona de visibilizarse y de exponerse ante los demás, algo a considerar en una sociedad cada vez más exhibicionista sobre todo en redes sociales.

Las personas introvertidas tienden también a ser más analíticas algo que puede favorecerles a nivel laboral por su capacidad para practicar la escucha activa y empatizar con los demás. De forma paradójica esto les ayudaría en el trabajo en equipo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento