Los resfriados podrían protegernos contra el coronavirus

Niño resfriado
Niño resfriado
Pexels (Andrea Piacquadio)
Niño resfriado

La relación entre el coronavirus y los resfriados comunes ha venido explorándose ya durante un tiempo, y se han propuesto diferentes teorías acerca de como interactúan y el papel que juegan ambos en la inmunidad al otro. Ahora, un estudio de la Universidad de Yale (EE UU) ha encontrado que la exposición al rinovirus, que causa el resfriado común, podría proteger contra la covid-19.

El trabajo, publicado en el medio Journal of Experimental Medicine, concluye que el rinovirus, el más común entre los distintos virus que causan los resfriados más habituales, pone en marcha la actividad de determinados genes que detienen la replicación del SARS-CoV-2 en los tejidos de las vías respiratorias.

Este fenómeno puede llevar a un pronóstico más prometedor, especialmente en la fase temprana de la covid-19. 

Tratamiento con interferones

El interferón es una proteína del sistema inmunitario que activa la respuesta temprana en los genes ya mencionados. Además, se trata de una sustancia que puede obtenerse y ser empleada como medicamento.

Es decir, el estudio no sólo desvela esa relación entre la infección con rinovirus y la infección de la covid, sino que abre la puerta a una posible vía de tratamiento de la enfermedad pandémica.

No obstante, es importante tener en cuenta que depende de la fase de la infección por coronavirus en la que se encuentre el paciente, ya que la activación de estos genes sólo parece ser eficaz en las primeras fases.

De hecho, otras investigaciones han encontrado que, en fases tardías, esta línea de tratamiento podría tener un efecto contrario, ya que los niveles elevados de interferón podrían causar un empeoramiento de la enfermedad y provocar respuestas inmunitarias hiperactivas.

La herencia de la gripe

El laboratorio de la Universidad de Yale que dirige este trabajo, previamente, había descubierto que este mismo sistema podría funcionar contra la gripe, por lo que se decidió probar si esto efectivamente sucedía también con el coronavirus.

Para ello, se emplearon tejidos de las vías respiratorias cultivado de forma artificial. Se expuso algunas de las muestras a la infección con rinovirus y, posteriormente, todas ellas fueron expuestas al SARS-CoV-2.

Lo que observaron es que, mientras que en el tejido 'sano' el SARS-CoV-2 continuaba su replicación de forma ininterrumpida, en el que había sido expuesto al rinovirus se detenía por completo. Este fenómeno se revertía si se bloqueaban las defensas antivirales en esos mismos tejidos.

Eventualmente, las mismas defensas acababan por frenar al coronavirus si la dosis infecciosa era lo bastante baja, de lo que los investigadores dedujeron que la eficacia de esta línea de tratamiento está determinada por la fase de la infección.

Un tratamiento complicado

A la hora de aplicar este tratamiento, los científicos responsables del experimento encuentran un problema: esas fases tempranas en las que funciona mejor son precisamente las mismas en las que un número elevado de pacientes no presenta ningún síntoma.

Esto no significa que no quede ninguna aplicación posible. Los autores proponen que pueda emplearse como medida profiláctica en grupos de población de alto riesgo que hayan estado en contacto estrecho con casos confirmados de covid-19. De hecho, ya se han puesto en marcha algunos ensayos clínicos en esta línea.

Además, el descubrimiento supone una posible explicación a un fenómeno ya conocido: en las épocas de mayor incidencia del rinovirus, las infecciones con otros virus respiratorios disminuyen. Sin embargo, queda por ver qué sucederá cuando, al relajarse las medidas de seguridad puestas en marcha por la pandemia, regresen los contagios por virus como el rinovirus y la gripe, que han permanecido prácticamente inactivos desde 2020.

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