VICENTE VALLÉS. PERIODISTA
OPINIÓN

Los hechos alternativos de Puigdemont

Vicente Vallés
Vicente Vallés
20 minutos
Vicente Vallés

Goya tituló uno de sus grabados con una frase inquietante: "El sueño de la razón produce monstruos". Ilustra el mensaje un hombre que apoya su cabeza sobre una mesa, en pose desesperada, mientras a su alrededor aletean amenazantes engendros voladores y animales que cuesta nombrar. Si la razón produce monstruos, qué no producirá la sinrazón.

El presidente de la Generalitat, el fortuito Carles Puigdemont (fortuito, porque alcanzó el cargo sin que nadie lo previera, y como fruto de una curiosa e inhabitual alineación de planetas políticos), ha viajado a Estados Unidos para "dar a conocer el proceso político catalán", según su propio testimonio. Pero su razón está produciendo monstruos dialécticos de los que cuesta  recuperarse. Ejemplo: equipara Puigdemont la democracia española a la turca de Erdogan, porque "autoriza al ejército a actuar contra sus propios ciudadanos". El segundo monstruo es que Cataluña "lucha por sus derechos civiles" como lo hizo en tiempos Estados Unidos. Se refiere a la lucha de los negros contra la segregación en los años 60, cuando aún regía la discriminación racial en el país.

Puigdemont desplegó estos monstruos producidos por su razón en un foro delicado: la Universidad de Harvard, un lugar en el que se suelen respetar las verdades científicas e históricas. Pero en el tiempo de los 'hechos alternativos' (según  ingeniosa creación de los asesores de Donald Trump) se permiten este estilo de cosas. Se puede hacer cualquier afirmación, por muy exagerada o falsa que sea, siempre que haya un apasionado sector del público dispuesto a quedarse con lo 'alternativo', ignorando el 'hecho'. Nada es una barbaridad a oídos de quien se ha instalado a vivir en la barbaridad, porque coincide con su punto de vista. Se ha perdido el pudor. Aquel decoro de otros tiempos en el respeto a lo básico se considera ahora una muestra de debilidad. Contar la verdad solo tiene lógica si es para obtener un beneficio. Lo contrario es cosa de pusilánimes. Si hay que mentir, se miente hasta el final.

Los independentistas iniciaron su proceso hace cinco años. Hace dos y medio convocaron la consulta del 9-N. Como era previsible, solo votaron los independentistas, y ni el referéndum ni su resultado han tenido efecto práctico, salvo la inhabilitación de Artur Mas, Francesc Homs, Joana Ortega e Irene Rigau, y la peligrosa radicalización del ambiente político y social. Hubo elecciones y los independentistas tuvieron mayoría parlamentaria, pero no mayoría de votos (algo parecido a lo que ha ocurrido con el citado Trump). Ahora quieren otro referéndum para proclamar la república catalana. Y, o bien no consiguen convocarlo, o bien sí lo convocan para que, otra vez, solo voten los independentistas e inhabiliten a Puigdemont y sus compañeros. Entre tanto, hechos alternativos.

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