ROSALÍA LLORET. PERIODISTA Y EXPERTA DIGITAL
OPINIÓN

Drones: los primeros en llegar tras el huracán

Rosalía Lloret, periodista.
Rosalía Lloret, periodista.
JORGE PARÍS
Rosalía Lloret, periodista.

Irma apenas acaba de dejar atrás su estela de destrucción en Florida —después de arrasar varias islas del Caribe— y en Estados Unidos ya han hecho las primeras estimaciones del coste de este terrible huracán para sus finanzas: "Creemos que los daños causados por Irma serán de 100.000 millones de dólares, lo que lo convierte en uno de los huracanes más costosos de todos los tiempos", declaró Joel N. Myers, fundador y director ejecutivo de Accuweather, una de las mayores empresas mundiales de servicios de pronóstico del tiempo. La combinación de vientos huracanados, lluvias torrenciales, inundaciones desde el mar y una trayectoria especialmente lenta del huracán en su avance por tierra han provocado destrozos que costaron la vida a doce personas hasta el momento y supondrán cerca del 0,5% del PIB norteamericano.

Pero la catástrofe provocada por Irma no será la más cara de EE UU, porque ese sombrío récord ya lo ostenta Harvey, el huracán que arrasó el Estado de Texas hace solo unas semanas —justo antes de Irma— dejando 60 víctimas a su paso y daños por "190.000 millones de dólares". Ni más ni menos que un punto del PIB norteamericano, según Myers, "el desastre climatológico más caro de la historia de Estados Unidos". Harvey inundó Texas con 19 billones (con ‘b’) de toneladas de agua, las mayores precipitaciones registradas en EE UU continental en toda su historia. Un desastre del que las autoridades y los ciudadanos texanos intentan recuperarse a la mayor velocidad posible (el alcalde de Houston incluso declaró que la cuarta ciudad del país ya estaba open for business) a pesar de que muchas zonas siguen anegadas por el agua.

Una de las tareas más urgentes antes de iniciar el arreglo y reconstrucción de hogares, terrenos agrícolas, vehículos o carreteras es la de las aseguradoras. Sus peritos han de examinar y valorar todos los daños para aprobar las indemnizaciones correspondientes, una labor especialmente difícil y lenta en áreas inundadas e incluso inaccesibles por carretera, como ocurre en algunos casos en Texas. Pero las aseguradoras han encontrado un nuevo aliado para acelerar el proceso: los drones. Desde que la Agencia Federal de Aviación de EE UU (FAA) eliminó ciertas restricciones al uso comercial de estos dispositivos el año pasado, las compañías de seguros están incorporando decenas de drones a su flota para ayudar a la inspección y evaluación de daños desde el aire, y formando a los peritos en su pilotaje.

"Los drones reducirán dramáticamente los tiempos para la evaluación de daños", explica Jim Wucherpfennig, vicepresidente de la aseguradora Travelers Insurance. En lugar de tener que llevar a cabo dos o tres visitas a una casa, por ejemplo, y requerir la contratación de expertos de trabajos en altura (con andamios o arneses) para evaluar tejados y otras zonas exteriores, ahora los peritos pueden hacer la inspección completa y de forma segura en un solo viaje. La cámara del dispositivo está conectada a una aplicación en el móvil o tableta del perito, desde la que este puede tomar fotos y vídeos de alta definición de los exteriores bajo la supervisión del propietario. Obviamente, los drones tienen limitaciones: nunca pueden volar más alto que 120 metros ni perderse de la vista de su piloto, y por supuesto no pueden entrar en interiores.

Travelers Insurance ya ha entrenado a 300 de sus peritos como pilotos certificados (pretende llegar a los 600 en 2018). La semana pasada, 65 de ellos habían llegado a Houston con drones de pequeño tamaño cargados en sus maletines. Mientras, otras aseguradoras, como Allstate o Farmer’s, han decidido contratar drones externos para llevar a cabo también cientos de vuelos de inspección cada día en el área. Parece claro que va a haber días de ‘tráfico aéreo’ intenso sobre Texas.

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